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Detrás de las palabras… El “diálogo de los monólogos”

Jul 6, 2016

 

Estamos viviendo en Oaxaca, una vez más, tiempos de incertidumbre y caos. Por un lado los representantes de la CNTE  reactivan sus acciones de protesta contra el Gobierno, se alían con organizaciones sociales de diferentes tipos e ideologías creando una fuerza de presión,  por medio de bloqueos estratégicos se convierten en un movimiento visible mediáticamente, cercan al estado afectando gravemente la economía, de por sí ya precaria de los oaxaqueños, peor aún, ya empiezan a existir grandes zonas con desabasto de alimentos, medicamentos, gasolina, afectan pues la vida diaria y tranquilidad de los ciudadanos comunes, no de los políticos y gobernantes que es contra quien protestan.

Por el otro lado el gobierno estatal que durante varios años fue omiso, solapó y justificó de muchas maneras a estas organizaciones, incluso les dio recursos para mantenerlos bajo control, ahora ve cómo los lideres que consideraba “amigos” se dedican a crear situaciones de ingobernabilidad, aprovechando estos meses de vacío de poder en los que el gobernador actual en la práctica pierde fuerza (más aun cuando tiene que entregar a otro partido el gobierno) y el gobernador electo no tiene todavía ninguna representatividad real ni capacidad de acción.

Ante los justificados reclamos de los ciudadanos que ven afectado su patrimonio y la incapacidad del gobierno estatal para resolver el conflicto, se da la intervención del gobierno federal mediante la fuerza pública, con una pésima estrategia y con una increíble falta de conocimiento de a quién o quiénes se iban a enfrentar, se dan los hechos violentos de Nochixtlán con la lamentable pérdida de vidas, una retirada oprobiosa para la autoridad y un endurecimiento de las condiciones del conflicto.

Como resultado de la violencia, se crean mesas de diálogo con la intervención directa y personal del Secretario de Gobernación, acuden todos los involucrados y no se resuelve nada.

Mientras unos platican y “negocian”,  la vida de los oaxaqueños sigue deteriorándose, los ciudadanos empezamos a resentir las consecuencias de un conflicto que nosotros no podemos resolver. ¿Cómo explicarle a nuestros hijos que no hay leche ni comida porque el magisterio está luchando por sus derechos?, ¿Cómo decirle al empleado que pierde el trabajo que aguante sin sueldo y sin llevar sustento a su familia porque “la lucha sigue y sigue”? ¿Cómo convencer al enfermo que aguante sin medicamentos o sin recibir atención oportuna porque “vendrán tiempos mejores”?, ¿Será cierto que lideres y gobernantes tienen idea del daño y zozobra que viven los ciudadanos?

El atacar la vida y tranquilidad ciudadana va a llegar a un límite, no se puede “defender al pueblo” tomándolo como rehén en un conflicto, este mismo pueblo va a terminar hartándose tanto de sus gobiernos que no actúan como de sus “defensores”  que en lugar de ayudar  hacen más daño.

Mientras tanto los oaxaqueños estamos cada vez peor. La primera condición para el dialogo tendría que ser la restauración de la vida normal en Oaxaca; si en realidad ambas partes lo que buscan es el bien de los oaxaqueños, ese sería un buen principio.

Las mesas de “diálogo” en gobernación más parecen un par de “monólogos”, todos hablan pero nadie escucha, más vale que le den prisa a sus “negociaciones” y resuelvan la situación, de lo contrario no tardan los ciudadanos comunes en verse obligados a “TOMAR LA PALABRA”.

Dr. Alfredo Loranca Abad                                                     alfredoloranca@hotmail.com

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