• Mar. Abr 16th, 2024

Por Horacio Corro Espinosa

Parece que nadie sabe cuándo se inició la tradición de las alfombras de aserrín de mil colores.

Así, con esas alfombras multicolores amaneció hoy la ciudad de Huajuapan de León.

Para tenderlas a lo largo y ancho de la población por más de diez kilómetros, sólo se logró con el desvelo de mucha gente.

Desde días antes, o tal vez meses, los vecinos decidieron qué figuras y qué colores utilizar en el frente de su casa. Después del fallo, se pusieron a calar las hojas de triplay o mdf, que utilizaron como plantillas para lograr lo que tenían registrado en sus mentes: el mejor tapete de todos. Y eso que no es concurso.

A partir de la madrugada el silencio comenzó a reinar en la ciudad, pues los motores dejaron de circular, y sólo las voces de las familias se escuchaban a lo lejos mientras confeccionaban su alfombra.

A esa hora solo se podía caminar por las calles porque todas ya estaban cerradas para el tránsito y, además, no había vehículos estacionados que pudieran interferir en la confección de la belleza multicolor.

Desde temprano, a mucha gente que llega de todas partes del país, se le veía por toda la línea para disfrutar de un espectáculo que sólo se vive el 24 de julio de cada año.

Fueron muchos días de decisión para elegir las figuras, y luego, de trabajo para preparar lo que sería la obra artística que durará sólo unas cuantas horas. Así que los visitantes aprovechan ese poco tiempo para fotografiarlas desde diversos ángulos, para luego subirlas a las redes sociales y compartirlas con todo mundo.

A través de los años, los huajuapeños se han ido perfeccionando en esta habilidad, pues cuando apenas comenzaba esta tradición, las alfombras eran simples manchones de color. Hoy es una larga línea de colores donde el peatón, a veces, tiene que caminar hasta encontrar un pasillo que le permita cruzar al otro lado de la calle.

El recorrido comienza a partir de las ocho de la mañana, más o menos, así que, quien no estuvo a esa hora frente a las primeras alfombras que son pisadas a consecuencia de la procesión, jamás las volverán a ver otra vez. Es por eso que se trata de un trabajo efímero.

Lo que trata de hacer la gente con ese espectáculo, es recrear la imagen aquella del pasaje bíblico, donde a Jesús le llevaron el asna y el pollino, y la multitud que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían a su paso.

Ojalá este arte intangible, un día se convierta en patrimonio de la ciudad de Huajuapan, ya que muchos de los diseños están basados en iconografía del arte prehispánico oaxaqueño y mixteco.

Si este comentario lo escuchas o lo lees en la mañana, aún tienes oportunidad de llegar a ese lugar. Huajuapan está a tres horas de la ciudad de Oaxaca.

 

Facebook: Horacio Corro

Twitter: @horaciocorro

horaciocorro@yahoo.com.mx

 

 

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