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Remiendos legales y bajadas de caballo

May 9, 2016

Las otras verdades / Eduardo Cruz Silva / APIM

Para las dos coaliciones partidistas que  se conformaron en Oaxaca para buscar la gubernatura, diputaciones locales y presidencias municipales la semana que recién acaba de concluir fue de pesadilla.

Primero a la coalición PRI-PVEM la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) el pasado 6 de mayo le revocó las  candidaturas a diputaciones de mayoría relativa por no aplicar correctamente la paridad de género.

Luego vendría el palo  para la coalición PRD-PAN, pues el Pleno del Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca, en un balbuceo de independencia, revocó la candidatura plurinominal del dirigente estatal panista Juan Mendoza Reyes y la candidatura por Salina Cruz del líder perredista Carol Antonio Altamirano, por considerar que se lesionaron los derechos políticos electorales de los militantes panistas.

Para poner más interesante el asunto, la noche del pasado sábado otra vez  el Pleno del Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca revocó el registro de candidatos de la coalición Con Rumbo  y Estabilidad para Oaxaca (CREO) conformada por el partido blanquiazul y el sol azteca. Según, porque tampoco cumplió con la paridad de género “dado que el bloque competitivo postuló a siete candidatos y cinco candidatas”.

En este último caso, no se establecieron plazos para enmendar  el registro de las candidaturas.  Como sea, tanto la resolución de la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, como el acuerdo del Pleno del Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca, no vienen más que a confirmar el desaseo que imperó en las dirigencias partidistas de despacharse con la cuchara grande afectando los derechos políticos de sus militantes.

Mucha tinta se ha derramado sobre la descarada imposición que realizó la cúpula priísta de algunos candidatos a diputados locales y a presidencias municipales. Salieron a la luz evidencias sobre la venta de candidaturas por parte del rollizo dirigente estatal Alejandro Avilés Álvarez. Y dicen que cuando el río suena… Si así fue, con todo el dolor de su corazón va a tener que devolver el cobro de algunas candidaturas.

En la tienda de enfrente, tampoco cantaron mal las rancheras desde un inicio se dijo que la postulación del dirigente estatal panista en el primer lugar de la lista de candidatos a diputados plurinominales era un agandalle y no pocos señalaron que una marranada, toda vez, que no se separó de su cargo en el plazo  que marcan los estatutos de su partido.

Peor se vio el haber postulado al dirigente del PRD Carol Antonio Altamirano como candidato del PAN a la diputación local por el distrito de Salina Cruz.  No hubo pudor ni recato político en tal designación. Para la militancia panista fue una mentada de progenitora a sus derechos y trabajo partidista.

Falta casi menos de un mes para que los electores acudan a las urnas a depositar su voto y,  los errores provocados por la ambición política de unos cuantos, ha provocado una judialización innecesaria del proceso electoral. Seguramente algunas decisiones serán impugnadas, mientras tanto a los partidos involucrados no les queda de otra que hacer sus remiendos y bajar del caballo a varios candidatos. Esa es la clase política que padecemos.

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