Texto y Fotografía: ANTONIO MUNDACA
Vídeo y Edición : KAREN ROJAS KAUFFMANN
Jamiltepec, Oaxaca.- El despojo a los pueblos chatinos, mixtecos y afromexicanos ha sido detenido, al menos por ahora. Los ejidos costeños de Oaxaca se organizaron cuando descubrieron que el cauce Río Verde Atoyac era codiciado por empresas y gobierno.
El 31 de enero de este año, ganaron un amparo, y el 12 de marzo interpusieron un recurso de revisión que salvaguarda 300 cuencas de aguas mexicanas, convirtiendo a la comunidad de Paso de la Reina, ubicada en Jamiltepec, Oaxaca, en un símbolo nacional de la lucha contra los megaproyectos.
Con ello, detuvieron en la Costa Chica el decreto presidencial de Enrique Peña Nieto, emitido el 6 de junio de 2018, que buscaba levantar la veda de esta cuenca hidrológica. De haberse consumado el atropello federal, el río, que alimenta a 24 comunidades de seis municipios: Santiago Ixtayutla, Tataltepec de Valdés, Santiago Jamiltepec , Santiago Tetepec, Santa Cruz Zenzontepec y Villa de Tututepec, habría quedado listo para la privatización a través de concesiones a la industria minera, la extracción de hidrocarburos y el fracking,afectando con ello a 17 mil habitantes en la ribera del río e indirectamente a otros 97 mil de la costa oaxaqueña.
El triunfo legal ha sido celebrado con festividades. Además, se han adherido otros pueblos, aun contra la voluntad de caciques históricos. Se han ido dando cuenta que no hay diferencias entre ellos: son hijos espirituales del agua.
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