Patricia Briseño | ORO Noticias
OAXACA, Oax., Comunidades forestales zapotecas y chinantecas de la región Sierra Norte, que conforman la Unión de Comunidades Forestales Zapotecas y Chinantecas (UZACHI) solicitaron a las autoridades federales impulsar iniciativas productivas de manejo forestal y conservación comunitaria de los bosques.
Al cumplir sus primeros 30 años de vida como organización comunal de Capulálpam, La Trinidad, Santiago Xiacuí y Comaltepec, la UZACHI demandó una política pública que reconozca los derechos de las comunidades de vocación forestal, y promueva activamente la apropiación productiva de los territorios
Manuel Herrera Santiago, director de la UZACHI lamentó que el nuevo gobierno desestime la consolidación de este modelo de manejo y gestión de los bosques y selvas del país, que ha logrado frenar la emigración, la deforestación y venta clandestina de madera
“Son 400 empleos directos los que generamos en las cuatro comunidades de la Sierra Juárez, y otra cantidad similar de indirectos dentro y fuera de la región”, subrayó en entrevista.
“Las comunidades forestales zapotecas y chinantecas de la Sierra Juárez han demostrado, por más de tres décadas, que los dueños de los bosques de México, mayoritariamente ejidos y comunidades, son los mejores agentes de emprendimiento productivo que les generen ingresos a las familias”.
La Unión de Comunidades Forestales Zapotecas y Chinantecas nació en 1989 como respuesta a la depredación de sus bosques de los municipios de Capulálpam de Méndez, Ixtlán de Juárez y Santiago Comaltepec por parte de las empresas privadas y paraestatales, los comuneros organizados lograron recuperar la soberanía de sus bosques y detener las concesiones forestales a los privados.
Hoy en día esta empresa social ofrece servicios técnicos propios necesarios para garantizar la sostenibilidad del manejo y aprovechamiento forestal.
Tan exitoso ha sido su modelo de trabajo que fueron las cuatro comunidades primeras comunidades en lograr la certificación internacional de manejo forestal en México, y actualmente conservan este distintivo.
En promedio, las empresas forestales comunitarias en México invierten más del 60 por ciento de las utilidades obtenidas por la comercialización de la madera y otros productos forestales en la restauración del bosque y en obras sociales como escuelas, centros de salud, apoyos económicos para jóvenes y adultos mayores, mantenimiento de caminos, alumbrado público, entre otros servicios para sus propias comunidades.