Patricia Briseño
OAXACA, Oax., El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos denunció que personas desconocidas robaron recientemente El Sagrario, donde se encontraban las hostias sagradas, en una capilla de la ciudad de Tuxtepec, en la región de la Cuenca del Papalopan.
“Es algo doloroso como Iglesia, porque ahí estaba el cuerpo y la sangre nuestro Señor”, señaló.
El religioso detalló que la sustracción sucedió desgraciadamente a unas horas de celebración del nacimiento del Salvador.
“Me duele que le quiten la vida a un hermano, pero también me duele que profanen al Señor”, anotó.
Durante la misa oficiada en la catedral de La Asunción, en el zócalo de la capital oaxaqueña, Vásquez Villalobos rogó a Dios su misericordia para quienes no quieren aceptar que Dios los quiere diferentes, y que cayeron en la redes del mal.
Asimismo pidió a creyentes levantar sus oraciones a familiares y víctimas de violencia, para que puedan recuperar la paz, la alegría y el gozo, durante esta Navidad.
“Pido a Dios, que sientan la presencia, su fuerza y su gracia del Señor en mis hermanos que sufren a causa de todo esto”, imploró.
Sin embargo, subrayó que como pastor religioso no puede apartarse de la realidad tan dolorosa debido a tantos hechos de violencia registrados en la ciudad de Oaxaca y en el interior del estado.
“¿Cómo puedo decir a un hermano que viva la alegría de la Navidad, cuando le han asesinado a un ser querido, cuando le han quitado la vida a sangre fría a una persona que está muy unida a su corazón?, ¿cómo puedo decirle que viva la alegría si está lleno de lágrimas sufrimiento y dolor, pues le han quitado la vida a una persona que tanto amaba”, cuestionó.
Destacó que la violencia está sucediendo en Oaxaca, porque el Señor no está en el corazón de algunos hermanos, pues ya no les tiembla la mano para levantarla con un arma y disparar a otros.
“Que triste realidad, la que seguimos viviendo en la ciudad de Oaxaca y en nuestros pueblos”, lamentó.
Por eso –insistió–, cómo podría desear paz y gozo a tantas personas que caminando tranquilamente en los parques y en las calles, les roban en un instante lo que tanto les costó ganar o en su caso, por las violaciones y más violaciones que pisotean la dignidad y la grandeza de la imagen a semejanza de Dios, que es la mujer.
“¿Puedo decir feliz Navidad? que haya paz, alegría, gozo y felicidad. Me van a responder todos los que han sufrido asesinatos de un ser querido, robos o violaciones, ‘mejor guarda silencio, mejor no abras la boca, porque mi Navidad no puede ser feliz con todo esto que pasa’. Qué difícil”, remarcó.
De este modo, suplicó a Dios hacer sentir la presencia, la fuerza y la gracia del Señor en los familiares y en las víctimas de la delincuencia, para poder recuperar la paz, la alegría y el gozo, que han perdido a causa del comportamiento de quienes no han sabido respetar a sus hermanos.