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Sonideros de Ñoo ita noni, comparten el oficio desde su perspectiva indígena

NATHALIE GÓMEZ/@Nathalie_fx

Huajuapan de León, Oax.- Orgullosos de su cultura, pero temerosos por la discriminación que en la actualidad continúan sufriendo, sonideros de Santiago Cacaloxtepec comparten su experiencia, al surgir de una comunidad indígena.

Así lo hicieron en el conversatorio “Los sonideros de Ñoo ita noni. El oficio del sonidero en una comunidad indígena”, organizado por la Unidad Regional de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas en Huajuapan, a cargo de Guillermo Círigo Villagómez.

Este se realizó con el objetivo de visibilizar la situación de los sonideros de esta comunidad de la Mixteca oaxaqueña que mantiene viva su lengua. Ñoo ita noni, en mixteco, variante de Cacaloxtepec, significa Pueblo de la flor del maíz.

Recordaron cómo don Metodio Castillo, que en paz descance, fue uno de los iniciadores como sonidero en la comunidad, en los años 70 de manera rústica, ya que ponía su música en una parte alta de Santiago Cacaloxtepec y por eso lo invitaban cuando se terminaba de construir una casa, sobre todo con las polkas como la de “Santa Rita”, rompían el baile.

Recuerda que, al principio, por la lengua materna, a los pobladores (que poco hablaban español) se les complicaba decir “Santa Rita”, así que optaban por decir “La charrita”, tratándose de la misma canción, que luego se hizo muy famosa con ambos nombres.

El sobre nombre de la canción fue también para su padre, quien tomaba con gracia que le dijeran así, como la canción que había ayudado a posicionar en la zona con su equipo.

De ahí las invitaciones empezaron a ser para las bodas y otras fiestas, su repertorio comenzó a gustar a mucha gente y así se dio a conocer.

Víctor Castillo Martínez, de Sonido Castillo, reconoce que existe todavía discriminación hacia las personas que hablan Mixteco, por lo tanto, no en todas sus presentaciones hablan libremente la lengua.

“Hay gente que se molesta, que dicen, si es una fiesta cómo cree andar hablando en Mixteco, ¿qué no le da pena?, ¿vienen a trabajar o vienen a hablar Mixteco?, nos decían, y eso nos limita a trabajar normal, hay quienes nos limitamos, otros son más aventados y lo hablan a pesar de las críticas”, compartió.

La infancia de Víctor Castillo se vio marcada por la migración, ya que no había posibilidades de estudiar y, para superarse, ante la falta de fuentes de trabajo, era necesario salir de Cacaloxtepec como el resto de la gente, a Oaxaca, Puebla o al Estado de México.

Don Claudio Orduña Zaragoza, del Sonido Dijes, es recordado porque comenzaba a mandar saludos en Mixteco, invitaba a la gente a bailar en su lengua natal, incluso les decía que no les diera pena de romper el baile porque estaban en su fiesta.

Su hermano, Sergio Orduña Zaragoza, del Sonido Galileo, recordó la importancia de la música en los paisanos, pues la gente de Cacaloxtepec se reunía en la colonia Metropolitana de la Ciudad de México, sobre la Avenida Texcoco esquina con Adolfo López Mateos, para ir a bailar.

Después de varios trabajos que tuvo que hacer fuera de su comunidad, de la que salió porque sufría discriminación por tener un problema auditivo y de habla, ingresó con Poli March con quien estuvo varios años; su hermano empezó con Sonido Dijes porque así le llamaban a Sergio.

Música de los Caminantes, Acapulco Tropical, entre otros, eran del gusto de la gente, como la del Torito, las de la banda de San Pedro Yodoyuxi; la ocasión que llegó con un repertorio popular en México, recibió hasta insultos, recordó.

Ir a Tepito por la música que está “pegando”, estar pendiente de lo que se escuchaba en la radio, actualizándose siempre en las chilenas y, sobre todo, música de la región Mixteca es lo que les ha gustado mucho impulsar.

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