Nathalie Gómez / El Imparcial
San Simón Zahuatlán, Oax.- “Tengo miedo de irme a otro lado, como mis paisanos, porque sólo esto es lo que sé hacer”, comparte Victoria Alvarado Díaz, mientras cose un balón de futbol, trabajo por el que ganará 200 pesos esta semana.
Vive en San Simón Zahuatlán, municipio de la Mixteca oaxaqueña considerado el número uno con mayor pobreza en el país, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) 2020.
Tiene 13 años cosiendo balones, lo que aprendió gracias a su mamá.
Alterna su actividad con el preparar la comida, hacer el aseo de su casa, lavar la ropa y tratar de descansar un poco porque, acepta, es cansado coser, para la espalda, la vista y sus ágiles dedos, los cuales protege con el mismo material de los balones.
Le pagan 10 pesos por unos balones regulares en los que tiene que unir 14 piezas, 14 pesos por unos en los que hay que unir piezas pequeñas y 20 por los de piezas más chicas. En una semana, como la presente, agarra 5 balones de 20 pesos y 10 de 10 pesos, por lo que el sábado próximo recibirá 200 pesos.
La dinámica es la siguiente: Una empresa de la Ciudad de México acude a Huajuapan de León y les deja, a las personas de Zahuatlán, los balones que se tienen que coser en una semana; se lleva y paga los que ya trabajaron.
“De mi familia, mi mamá, mi cuñada y yo cosemos los balones, porque es lo que sabemos hacer y es de donde agarramos para comprar el frijol, poquito chile, unas cebollas, tomate, huevos, las tortillas, el refresco para comer con mis hijos”, compartió.
SOMBREROS, LA OTRA OPCIÓN
La mamá de Victoria, además de coser balones, teje sombreros de palma que le pagan a 6 pesos la pieza, o hasta 12, dependiendo del cliente y si tiene suerte. Para que le sea redituable, espera un mes para ir a Huajuapan a venderlos juntos.
Acepta que es poco dinero, pero es un ingreso seguro y que pueden ir generando desde su hogar en el que acomodan, bajo la sombra de un árbol de granada, una silla pequeña de madera junto a la que está su hilo, su aguja, la cámara que le va a poner a cada balón y las piezas que debe unir.
Su hijo mayor acaba de cumplir 17 años, terminó la telesecundaria y ya debe trabajar ante la falta de recursos para continuar sus estudios.
“No tengo dinero para otra escuela, es la verdad, no hay para salir a otra ciudad y estudiar”, dijo, por eso ya le enseñó a coser balones y el de 14 años ya está aprendiendo.
“Hay mucha gente de mi pueblo en México, pero yo no me voy porque tengo miedo, mi mamá me enseñó esto, mis hijos ya saben y pues así vamos a seguir porque es lo que sabemos hacer. Me da miedo irme a otra ciudad”, compartió en un castellano que, si fuera Mixteco, le habría hecho sentir mucho más cómoda pues es la lengua que habla a la perfección.
RIQUEZA CULTURAL, POBREZA EN SERVICIOS E INGRESOS
San Simón Zahuatlán significa “entre los sarnosos”, pues proviene de “Zahutl” que significa “sarna” y “Tlan”, que se refiere a “junto a” o “entre”. “Planta que jala agua”, es como también se le conoce.
Tiene una riqueza enorme, y esa es que prácticamente toda su población habla la lengua Mixteca, alrededor del 70 por ciento habla también el castellano. Por ello es que tienen escuelas bilingües.
Cada uno de los 13 barrios tiene kínder y primaria, en el centro también hay telesecundaria y bachillerato.
Si alguien quiere estudiar la universidad se tiene que ir a Huajuapan, pero las condiciones económicas se los impiden, la mayoría se va a trabajar, por eso no hay profesionistas.
“Aquí no hay un niño que salga de maestro, doctor o algo, los chamacos ya saben que se van, pero a buscar su trabajo”, informó Félix Pablo de Jesús Martínez, síndico municipal de San Simón Zahuatlán.
Compartió que su comunidad tiene problemas fuertes en temporada de sequía. Requieren de bombas para subir el agua y distribuirla en los barrios, los cuales, al igual que el centro, se encuentran en la parte alta de los montes.
“Tenemos un río, pero queda muy lejos, cuesta un chingo para subir el agua”, confiesa el síndico.
“Cada barrio quiere su agua, pero la que tenemos en marzo y abril no alcanza porque tenemos tres cajas de agua, una que está por el río, de ahí se bombea hasta San Miguel y de ahí hasta el centro y de aquí se reparte a todo el pueblo por gravedad”.
Destacó que son muchas las necesidades que se tienen que cubrir para la población y sus 13 barrios y no hay recurso que alcance.
“Vienen a pedir apoyo y tenemos que dar lo que podamos, quisiéramos darles más, pero no hay recursos, todo mi pueblo está muy marginado, no tienen qué hacer, algunos cosen balones, otros hacen sombrero y otros se dedican al campo, a sembrar maíz o frijol, pero sólo en temporada de lluvias, fuera de temporal, se tienen que ir a buscar trabajo”, señaló.
CARESTÍA DE MEDICAMENTOS
En atención a la salud también tienen deficiencias. Cuentan con una clínica donde atiende una doctora entre semana, de 8:00 a 17:00 horas, demandan un médico para los fines de semana y las noches.
Aunque en la pandemia no hubo muchos contagios, el Covid-19 provocó la muerte del presidente municipal Fernando Raymundo Valeriano Ramírez, quien falleció en febrero de este 2021.
Él, había sustituido a Simón Urcino Bazán Méndez, quien era presidente municipal en la presente administración, pero falleció el 25 de agosto de 2020 a raíz de un accidente automovilístico en la carretera Huajuapan-Mariscala.
“Aquí no tenemos casos, lo que estamos sufriendo es la falta de recursos, eso es nuestro sufrimiento”, lamentó.
Especificó que “se han presentado algunas emergencias fuera del horario de atención de la clínica y en eso apoyamos para que se trasladen a Huajuapan, que es el lugar más cercano”.
Sin embargo, con “más cercano”, se refiere a unos 50 kilómetros de distancia para ir a Huajuapan, alrededor de una hora y media de camino.
Aprovecha la oportunidad para denunciar que, en muchas ocasiones, hay carestía de medicamentos y que la clínica es insuficiente para atender los más de 6 mil habitantes que tienen.
“Yo veo que son como 7 mil, está grande el pueblo, por eso no alcanza el recurso ni los servicios, por más que queramos”, aseveró.
MEJORAN CAMINOS
Actualmente, lo que están aprovechando es la generación de empleos a raíz del Programa de Pavimentación de Caminos a Cabeceras Municipales, que impulsa el gobierno federal.
Son cuatro cuadrillas de 10 personas cada una, las que trabajan en estos caminos y ganan mil 200 pesos semanales.
“Siento que se gana muy poco porque se gastan su gasolina y en su comida, además de que la pavimentación está cada vez está más lejos del pueblo y más cerca de Huajuapan, por eso los de los otros pueblos vecinos no le quieren entrar a este trabajo”, resaltó.
De los 50 kilómetros aproximados que hay de la desviación de la carretera a Mariscala a Zahuatlán, falta la pavimentación de unos 7.9 kilómetros.
El gobierno local espera que en febrero le autoricen otros 2.5 kilómetros y en el transcurso del 2022 se culmine, pues esto ha reducido el tiempo de traslado de poco más de dos horas a una hora y media.
Zahuatlán tiene problemas de transporte a Huajuapan, a donde tienen que acudir a realizar sus compras. Tener un mercado es uno de los anhelos del síndico municipal y de muchos pobladores que, con lo que cuentan, es con algunas tiendas pequeñas en la calle principal del centro.
Hay transporte público que sale en la mañana y regresa en la tarde a la comunidad, el cobro es de 60 pesos la ida, 120 vuelta completa, la mitad de lo que gana Victoria en toda una semana cosiendo balones.
Otro lugar cercano es San Miguel Amatitlán, pero al ser un municipio pequeño, ahí sólo acuden los jóvenes que son beneficiarios del programa para jóvenes “Becas para el Bienestar Benito Juárez”.
Los adultos mayores reciben su dinero en la comunidad porque los llamados servidores de la nación les llevan sus pensiones.
“Hay mucha gente que no tiene becas todavía, se van a apuntar, pero tardan mucho en recibir su beca y mientras están sufriendo”, dijo De Jesús Martínez.
OTRA VEZ, ENCABEZANDO ESTADÍSTICAS
No es la primera vez que San Simón Zahuatlán está dentro de los primeros lugares en mayor pobreza a nivel nacional, ocupó el sexto lugar en 2010 y el décimo en 2015, de acuerdo al CONEVAL.
Sin embargo, para los habitantes, de nada ha valido que volteen a ver este lugar solamente cuando se dan a conocer las estadísticas, pues recuerdan que hace años ya ocupó el primer lugar a nivel nacional.
“Los cinco municipios que se han mantenido en el grupo de mayor porcentaje de población en situación de pobreza en la década de 2010-2020 fueron: Aldama, Chanal, Chalchihuitán y San Juan Cancuc, en Chiapas; así como San Simón Zahuatlán en Oaxaca, los cuales son municipios indígenas y su población en situación de pobreza ha representado porcentajes superiores al 98 %”, señala el CONEVAL.
Especifica que una persona se encuentra en situación de pobreza “cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y si sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias”.
De acuerdo al “Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social” del CONEVAL, San Simón Zahuatlán ocupa el primer lugar en pobreza porque tiene 4 mil 925 personas viviendo en esta condición, lo que representa el 99.7 por ciento de su población.
El segundo lugar a nivel nacional lo ocupa Cochoapa El Grande, en Guerrero, con 21 mil 844 habitantes en pobreza, 99.4 por ciento de su población.
Coicoyán de las Flores, ubicado también en esta región Mixteca de Oaxaca, se encuentra en tercer lugar con 9 mil 500 personas en situación de pobreza, el 99.3 por ciento de sus habitantes.
Las autoridades de Zahuatlán esperan que se dé a conocer su problemática y “ahora sí”, se haga algo para atenderla.
“La verdad mi gente está sufriendo bastante, unos viven aquí, otros salieron fuera por la misma razón de que no tienen recursos, no tienen dónde trabajar, muchos de los que se dedican a los balones o sombrero ganan en promedio 10 pesos al día, ni alcanza para nada”, lamentó el síndico.
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