Pedro Matías
JUCHITÁN, Oax. (pagina3.mx).- Aquí, la gente le tiene miedo al silencio porque anuncia desgracias. Y es que aquel siete de septiembre de 2017, después de una abrumadora quietud o silencio sepulcral, sobrevino un ruido espeluznante que provocó la “muerte del pueblo”. Desde entonces, Juchitán vive un duelo colectivo donde poco a poco la gente va regresando a la vida entre escombros, bajo lonas y en el abandono.
Así sintetiza el antropólogo e historiador Víctor Cata este fenómeno interesante de cómo reaccionó el pueblo zapoteco ante el desastre que enlutó decenas de hogares y sepultó años de trabajo.
Explica que por esta razón “los zapotecos somos ruidosos, escandalosos y tienen mucho humor dentro de su dolor, porque no les gusta el silencio debido a que anuncia desgracias”.
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