Por Horacio Corro Espinosa
Antes de la escritura, nuestros antepasados se comunicaban mediante dibujos, así es como dejaban plasmada su historia o sus costumbres.
En nuestros días, las marcas se comunican con sus clientes mediante imágenes. Esas imágenes son logos y logotipos que van dirigidos a millones de personas. Un logo tiene la encomienda de dejar en las personas una huella durante un buen tiempo.
Un logo puede quedar grabado en solo un parpadeo. Desde luego que las palabras también son muy importantes, pero el diseño de logos y logotipos, consiste en reducir un mensaje a la mínima expresión.
Todos los días vemos en todas partes miles de marcas que se nos han vuelto comunes, y por lo mismo, no nos ponemos a pensar qué es lo que significan. Algunas marcas nos dicen mucho más de lo que vemos en esas imágenes.
Los logos de las marcas más conocidas tienen mensajes ocultos o subliminales. Lo subliminal es aquello que es percibido pero quien lo ve no tiene conocimiento de lo que percibe.
Hace años estaban permitidos los mensajes subliminales en las películas: insertaban una imagen entre los fotogramas de la película y se condicionaba al espectador a comprar lo que se ofrecía en la tienda del cine. Hoy eso está penado por la ley.
Para explicarlo más gráficamente, aquí les pongo algunos ejemplos de logos que tienen mensajes ocultos subliminales.
FedEx: Es la marca de una empresa de envíos. Si observamos entre la E y X, encontraremos una flecha que representa “hacia delante”. Ese es el mensaje de FedEx.
La marca Adidas es muy conocida, y su logo no nos dice nada en sus tres franjas blancas, pero en realidad se trata de una montaña que invita a las personas a superarse todos los días.
Amazon: Parece que se trata de una cara sonriente, pero no es así. La “sonrisa” arranca en la letra A y termina en la Z. Con esto indica que en la empresa puedes encontrar todo tipo de artículos desde la A a la Z.
Un mensaje subliminal puede hacer cambiar la actitud de una persona. Aunque según los investigadores, esos mensajes no producen un efecto poderoso ni duradero a menos que se bombardee a la gente con la misma imagen por todos los caminos que frecuente.
Es algo así como la publicidad política en nuestra entidad.
Todos los partidos políticos promueven a sus candidatos a través de imágenes, y dentro de estas hay unas bastantes siniestras, como la de Benjamín Robles Montoya, por ejemplo. O la insípida imagen de Pepe Toño Estefan, que casi nadie la recuerda por apocada.
En la publicidad de Alejandro, llama la atención la cola tan larga que hace la J. En realidad se trata de una imagen subliminal. Es un arma de las más usadas en Irak y en el medio oriente. Tal vez, el diseño intencional en la propaganda de Alejandro, no es más que una muestra de poder sobre el pueblo de Oaxaca. Aunque puede ser una preocupación por el intercambio de sentimientos. O una advertencia de la rudeza que se viene sobre nuestra entidad.
Vivimos en una cultura de la imagen, y donde el opio del pueblo es la propaganda política, cuya arma más eficaz es la de persuadirnos que los signos son las cosas.
La manita roja que se encuentra en la parte superior de la jota, no es más que la empuñadura del sable y abajito de ésta, aparentemente se encuentra la bandera de México. Le sigue otra bandera, esa es la de Irak, solo que sin la caligrafía cúfica que significan “Alá es el más grande”.