Saúl Salazar/@SalazarBalbuena
Huajuapan de León, Oax.- El presidente del Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas (Cedhapi), Maurilio Santiago Reyes, comunicó que de acuerdo al informe preliminar que tienen, luego de visitar la comunidad de Guerrero Grande, por el ataque armado ocurrido, hasta el momento tiene el registro de una persona asesinada, cuatro desaparecidas y más de 300 desplazadas.
Indicó que, de acuerdo a las primeras indagatorias, la violencia ocurrió los días 21, 22 y 23 de octubre de 2021, en dicha comunidad, del municipio de San Esteban Atatlahuca.
Señaló que, durante el recorrido que realizó con peritos de la Fiscalía, se encontró los restos de dos casas quemadas, en donde familiares de las personas desaparecidas, exigieron que se hiciera una búsqueda en ese lugar.
Refirió que, durante la revisión, entre polvo de cemento, encontraron, al decir de los peritos, restos óseos de al parecer de dos personas, entre ellos, dentaduras y partes de cráneos, botones de metal, al parecer de prendas de vestir, un machete calcinado, entre otros artículos que al perecer portaban los occisos.
Santiago Reyes reveló que alrededor de la iglesia se encontraron casquillos de diversos calibres, así también que las paredes presentan diversos orificios producidos por proyectiles de arma de fuego de grueso calibre, y que al interior había también ojivas de diversos diámetros.
“En la calle principal que conduce al palacio municipal de Guerrero Grande, se encontraron casquillos de diversos, las paredes y puertas presentaban diversos impactos de alto poder. Se pudo observar restos de objetos quemados, como computadoras, papeles, entre otros objetos y las oficinas estaban vacías”, describió.
Así también que las autoridades de esa población refirieron que se habían robado una campana del año 1910.
El presidente del Cedhapi dijo que atestiguo con el personal de la Fiscalía que fueron incendiadas con gasolina dos camionetas, una de ellas, propiedad de la agencia de Guerrero Grande, y el hallazgo de un automóvil particular, el cual estaba impactado contra un árbol; dichas unidades de motor presentaban diversos orificios producidas por proyectiles de arma de fuego.
“Concluimos también que existen la quema de 90 casas en esta comunidad y 30 más en Ndoyonuyuji, además de existe también desplazamiento forzado interno de personas. Un albergue instalado en el INPI de la ciudad de Tlaxiaco y otro provisional, en Mier y Terán. Estamos hablando de 300 desplazados, entre ellos, niños y mujeres”, recalcó.
Lamentó la omisión, pues consideró que lo ocurrido fue un crimen de Estado, que se pudo evitar, pero no hicieron nada, a pesar de que se había advertido, además que durante los hechos que calificó como una “masacre” nunca se presentó la Guardia Nacional y menos las autoridades del Gobierno de Oaxaca.