Así lo dijo Marta, una mujer de 56 años de edad, cuando se le preguntó por qué vino a marchar al Centro de la ciudad capital. Ella es defensora de la tierra en el Estado de México, y vino con otras mujeres de su comunidad para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, como se hizo ayer en todo el mundo.
A Gloria, otra mujer de 30 años, la invitó su amiga Rosa, que trabaja en el hogar y marchó por sus derechos laborales. Diana, de 22 años, se preparó con sus amigas de la universidad. Laura, de 54, convocó a sus compañeras en las oficinas del gobierno capitalino. María trajo a sus vecinas, con quienes resuelve los problemas de la colonia. Fernanda vino con compañeras del colectivo en el que participa, y Rosario vino sola después del trabajo.
Así fue como llegaron mujeres de diferentes edades, ocupaciones y opiniones a esta gran marcha: un lienzo iridiscente sobre el que se pintó una amplia diversidad femenina.
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