Por Manuel López
Tepetitán, Tabasco, 27 de noviembre (EFE).- Desde hace cuatro meses, el empobrecido pueblo de Tepetitán, en el suroriental estado de Tabasco, se cubre de júbilo y se viste de colores para festejar por todo lo alto la investidura presidencial de su vecino más ilustre, Andrés Manuel López Obrador.
Como los vecinos no disponen de recursos económicos para viajar a Ciudad de México, donde López Obrador asumirá la Presidencia este sábado, están organizando en el pueblo una verbena en honor al líder izquierdista, quien arrasó en los comicios del pasado 1 de julio con el 53 por ciento de los votos.
La pequeña villa marginada, de apenas 9 calles y unos mil 600 habitantes, en su mayoría ancianos de más de 60 años, organiza rifas, mercadillos y donaciones para comprar pintura y alimentos, así como para pagar a un grupo musical y adquirir pantallas gigantes de televisión.
“Tepetitán se siente contento y feliz porque el sueño que esperábamos desde hace muchos años se hizo realidad, y nosotros con esa algarabía el 1 de diciembre vamos a celebrar juntos su toma de posesión”, cuenta a Efe Esther Mayo, coordinadora de los festejos.
En la entrada del pueblo, un grupo de jóvenes pintan desde el fin de semana un mural del veterano político, en el que luce con su banda presidencial, un escudo de armas y un pejelagarto, especie de pez endémica de la región cuyo nombre también se usa como apodo para López Obrador.
La obra, diseñada por Carlos Paz, un artista plástico del colectivo “Todos somos Tepetitán”, incluirá pasajes de la vida de López Obrador y frases célebres del próximo Presidente así como de otros habitantes del pueblo.
“Es un mural donde contaremos parte de su vida y su niñez en Tepetitán, es un homenaje que la comunidad le hacemos al Presidente. También rescatamos un callejón antiguo abandonado, lo llenamos de colores y denominamos ‘Callejón de la Cultura’”, detalló el pintor, quien compró las pinturas y los pinceles con sus propios recursos.
Los amigos y compañeros de estudios de López Obrador, los mismos con los que jugaba béisbol y se lanzaba al río, cuentan que el político siempre demostró su pasión por México y por los valores cívicos.
“Desde niño ya se veía que le encantaba la historia de México, en especial los ideales de Benito Juárez (Presidente entre 1858 y 1872), siempre destacó. Aquella época jugamos canica, trompo y hacíamos carreritas nadando, le gustaba echarse clavados”, contó a Efe Hayle López, quien estudió con él en una escuela de un pueblo cercano.
Otro amigo, Raúl Pérez, comparó la vida política del Presidente electo con la de un lanzador de béisbol realizando sus mejores tiros al home para “ponchar a la corrupción, la desigualdad y la inseguridad”.
“Ese es el interés de Andrés Manuel en este momento. Está en su mejor momento, es una gente madura que va hacer su mejor esfuerzo y sabemos que va a sacar el out 27, y que va a proyectar a México hacia alturas que nos vamos a sentir orgullosos los tepetitecos y 30 millones más de mexicanos”, opinó.
En el centro del pueblo, un longevo policía retirado canta a todo pulmón. Se llama Andrés García, a ratos toma un descanso bajo la sombra de un laurel, luego se traga de golpe bocanadas de aire para entonar a capela con todas sus fuerzas un corrido dedicado a López Obrador.
Dice que “no está loco”, que lo hace por “alegría y orgullo” por la investidura de López Obrador, quien triunfó en los terceros comicios presidenciales en los que se presentó, tras haber perdido en 2006 y 2012.
“Tanto que le rogué a Dios, mi padre querido, para que llegara, porque el pobre tanto luchar y nunca había podido hasta que se le hizo”, manifestó lucido el nonagenario.
López Obrador nació el 13 de noviembre de 1953 como un vecino más de Tepetitán, pueblo donde en algún momento visitará siendo ya el máximo mandatario de México.
Ha pasado más de medio siglo pero los espacios donde creció López Obrador siguen en pie, como la escuela primaria Marco E. Becerra, donde el político aprendió a leer y a escribir.
Las nuevas generaciones de Tepetitán acuden por las tardes y los fines de semana al campo de béisbol “José Obrador Revueltas”, nombrado así en honor al abuelo de Andrés Manuel, quien se inició en este deporte como filder (jardinero).
A la orilla del río Tulijá, que delimita el pueblo, aún se mantiene en pie la casa en la que vivió su infancia, con un aspecto deteriorado por el inevitable paso del tiempo.
Allí, donde Manuelita y Andrés criaron a sus siete hijos, entre ellos a Andrés Manuel, ahora luce un busto de López Obrador colocado por sus amigos en su honor.
En 1966, a la edad de 13 años, dejó Tepetitán para continuar estudiando en el cercano pueblo de Macuspana, concluyó la secundaria en la ciudad de Villahermosa y después viajó a Ciudad de México, donde desarrolló su carrera política hasta convertirse en alcalde capitalino.
López Obrador ya no regresó a vivir a Tepetitán, pero sus ideales políticos izquierdistas siguen inspirando a los habitantes de las zonas empobrecidas del sureste mexicano.