Ciudad de México, 22 de enero (SinEmbargo).– Este martes la película Roma–hablada en español y en mixteco– hizo historia en el cine mexicano. Considerada una obra maestra por críticos nacionales y, particularmente, por extranjeros, multipremiada en los festivales más importantes del orbe, consiguió 10 nominaciones al Óscar, el mayor premio que otorga la industria cinematográfica en el mundo, entre ellos cinco que hablan de su impacto social y artístico: Mejor Película, Mejor Película Extranjera, Mejor Director, Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto.
Pero el 2 de noviembre de 2016, cuando el ya laureado director Alfonso Cuarón Orozco filmaba la cinta en las calles de la Ciudad de México, un político y sus ayudantes paró en seco y con prepotencia el trabajo del equipo cuya obra hoy le da renombre al país: Ricardo Monreal Ávila.
Guillermo del Toro –otro director mexicano de dimensión mundial– describió a Roma como “una pintura mural, un fresco enorme”, pero al entonces titular de la Delegación Cuauhtémoc, de la Ciudad de México, le pareció un abuso que el equipo de Cuarón filmara en las calles de la colonia Tabacalera.
Alfonso Cuarón, premiado en 2014 con el Óscar a Mejor Director por la película Gravity, había vuelto para filmar su primera película en México luego de 15 años.
Hoy, 26 meses después, el gran protagonista individual de las nominaciones a la 91 edición de los Óscar se llama Alfonso Cuarón, con cuatro candidaturas dentro de las 10 que obtuvo la película Roma.
El cineasta dijo este martes a la prensa que “estamos viviendo un gran momento del cine, un momento en el que la diversidad es celebrada por el público”.
Roma es también la primera obra en español que logra la nominación en la categoría reina de los Óscar: la de Mejor Película.
“Muchas gracias a la Academia por reconocer a Roma en estas categorías”, expuso el cineasta en un comunicado. “La experiencia humana es una sola y es muy gratificante que una película en blanco y negro sobre la vida en México esté siendo celebrada alrededor del mundo. Estamos viviendo un gran momento del cine, un momento en el que la diversidad es celebrada por el público”, planteó.
EL OPERATIVO: GOLPES Y ROBO
Ese 2 de noviembre, Monreal –ex Gobernador de Zacatecas, ex Diputado federal y hoy Senador de la República por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador– lo recibió con un furioso operativo contra su equipo de filmación, que derivó incluso en personas heridas y en el robo de equipo.
Monreal, quien entonces acostumbrada a filmarse a cada paso –como una estrategia para difundir su imagen en la Ciudad de México, a la que aspiraba gobernar–, colgó el video donde se le ve dando órdenes tajantes en la red social Pericope.
El zacatecano, quien hoy se desempeña como presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta, llegó a las calles de Ignacio Mariscal y Ramón Alcázar, y preguntó por unos conos de tránsito que se habían colocado en calles aledañas al Monumento a la Revolución: “Yo no sé de quién sea esto, quién las pone, no sabemos”, dijo.
Luego ordenó a un integrante de su personal que quitara los conos y el acordonado. Se dirigió al equipo de Cuarón y les preguntó quién les autorizó apartar los espacios; una mujer le respondió que tenían un permiso de las autoridades de la Ciudad de México y se lo entregó. Apenas lo vio.
“Yo soy el Delegado, no hay ningún permiso”, les dijo Monreal. “Quiten todo, no se puede apartar lugares y si no revisen hoy mismo, no pueden tener todo eso, no pueden tenerlo”, añadió.
El entonces Delegado afirmó que no podían tener 20 calles separadas ni “meterse como si fuera tierra de nadie”.
Y mientras trabajadores de la Cuauhtémoc arrancaban cintas y se llevaban los conos naranjas, el encargado de la filmación, identificado como Julio Linares, trató de explicar a Ricardo Monreal que el permiso lo había otorgado la Comisión Federal de Cinematografía. Él, sin mediar, respondió que el permiso debió ser de la Delegación y no de otras instancias.
Otros miembros del equipo de filmación le pidieron que les devolvieran los conos y que los trataran con respeto. Además le advirtieron que habría una demanda. Y sí la hubo.
Espectáculos Fílmicos El Coyúl, de Cuarón, denunció que “fueron agredidos por trabajadores de la Delegación Cuauhtémoc”. También que dos mujeres fueron golpeadas y que cinco miembros del equipo tuvieron que ser ingresados al hospital. Además denunciaron el robo de teléfonos celulares, carteras y joyería.
La empresa informó además que se levantó la denuncia numero CI-FCH/CUH-2/UI-2/S/D/4365/11-2016 en la Fiscalía Desconcertada en Cuauhtémoc–Coordinación Territorial de Seguridad y además emitió un comunicado oficial.
“Esperamos que las autoridades delegacionales cumplan con lo prometido y ayuden a resarcir los daños ocasionados y a recuperar los objetos robados, así como a fincar las responsabilidades a los autores de este ataque y darles el debido proceso”, expuso.
MONREAL: BERRINCHE Y OBRAS INCONCLUSAS
Ricardo Monreal Ávila nunca negó su aspiración a ser el candidato de Morena Jefe de Gobierno de la Ciudad de México en las elecciones del 1 de julio de 2018. Al contrario, la alentó particularmente como Delegado de la hoy Alcaldía de Cuauhtémoc, la más poderosa en términos económicos de la capital del país y por donde a diario circulan al menos 5 millones de personas.
Y también, cuando la carrera por esa candidatura estaba en marcha, aseguró que no traicionaría a Morena ni a López Obrador en el caso de no ser elegido como candidato. Días después, Claudia Sheinbaum Pardo resultó electa por Morena para ser su candidata… y Monreal hizo un gran berrinche: primero se fue de la Delegación –dejando obras inconclusas y calles y avenidas abiertas debido a un proyecto de renovación que tardó meses y meses sin concluir– y luego emprendió acciones de presión en las que amagaba a Morena y a AMLO con irse a otros partidos y apoyar a otros candidatos a la Presidencia.
Monreal asumió el cargo de Delegado en Cuauhtémoc octubre de 2015 y a mediados de diciembre de 2017 anunció que dejaba la gestión para, desde Morena, contribuir con su experiencia política de 40 años “a la victoria política de Andrés Manuel López Obrador”. Días antes adelantó: “Me voy en diciembre. Me voy a tomar un receso. Voy a leer y a dormir, traigo un déficit de sueño. Quiero estar con mi familia”.
Vecinos de la Delegación Cuauhtémoc protestaron por su intempestiva renuncia y por cómo dejó sus calles, plazas y avenidas. En un recorrido realizado por SinEmbargo, en diciembre de 2017, las escenas de polvo, piedras y terracería se reprodujeron en calles de las colonias Juárez, en la Zona Rosa, en Condesa e Hipódromo Condesa.
Los comerciantes, además, reclamaron el cierre de negocios o de pérdidas millonarias debido al cierre de calles y la presencia interminable de maquinaria y material de construcción en las calles abiertas por interminables semanas.
Así, luuego de un mes de dimes y diretes, de invitaciones de grupos y partidos opositores a López Obrador, incluido el PRI, Ricardo Monreal anunció que se quedaba en Morena.
“Como fue mi compromiso, deseo informarles que luego de analizar y reflexionar detenidamente sobre lo que está pasando en el país, y lo que representa el proceso electoral de 2018, he decidido continuar en la organización social y política que contribuí a fundar: he resuelto mantenerme y seguir luchando desde MORENA”, escribió Monreal Ávila en sus cuentas de redes sociales.
Luego, el 1 de julio, el avasallador triunfo de AMLO y Morena lo colocó en el Senado, donde hoy, el hombre que quiso cortar la filmación de una obra maestra, tiene nuevamente un puesto preponderante en la política mexicana.