Nathalie Gómez/@Nathalie_fx
Huajuapan de León, Oax.- El paseo de toros y de mojigangas, que era una actividad familiar en Tamazulápam del Progreso, se convirtió este año en un festejo violento; un menor fue lesionado con una lata de cerveza lanzada al aire.
Luego de dos años de no realizarse por la pandemia, generada por el Covid-19, el pasado 6 de mayo nuevamente se llevó a cabo el paseo de toros o mojigangas.
“Desde antes de la pandemia, este evento ya presentaba problemas de orden y se suscitaban hechos violentos y agresiones a las mojigangas, por el consumo de alcohol de los asistentes”, explicaron familiares del menor lesionado.
Detallaron que ahora, éste llegó a su máximo nivel de violencia al resultar herido J. S. M. A., niño de 12 años de edad que participaba en el paseo.
El hecho ocurrió alrededor de las 5:00 de la tarde, cuando el contingente se encontraba bailando frente a la iglesia de la Santa María de la Natividad, donde grupos de jóvenes alcoholizados comenzaron a tirar cervezas girándolas como rehilete, a fin de mojar a los asistentes.
“Como era de esperarse, algunas latas llenas o semillenas también salían volando al son de la banda, fue una de estas latas llenas la que alcanzó a golpear fuertemente al niño quien, unos segundos después de recibir el impacto, cayó al piso sin sentido, su madre, familiares y otras personas prestaron el auxilio correspondiente, pero la mayoría no prestó atención a lo que ocurría”, narraron.
El menor fue trasladado en ambulancia a los servicios médicos donde después de valorarlo le suturaron la herida. No obstante, después de haber sido dejado en su domicilio, nuevamente se pidió la atención médica debido a segundas reacciones que afortunadamente no fueron graves. Posteriormente, fue reportado estable en su casa, donde se recupera.
“El problema es que el hecho ocurrió en un evento público familiar, donde la mayoría de los asistentes son familias con niños, lamentablemente una hermosa tradición que caracteriza a la Villa de Tamazulápam del Progreso, se está convirtiendo en un evento degenerativo, alcohólico y violento, al punto de que ya no es posible apreciar el tradicional orden y disfrutar de las ocurrencias de las mojigangas”, condenó la familia.
Dijo que “se necesita una reglamentación urgente, tanto para salvaguardar la integridad física de los asistentes y participantes, como para recuperar la tradición de las mojigangas que pareciera que han pasado a segundo plano, haciéndose protagonistas las acciones de los jóvenes que están bajo los influjos de bebidas alcohólicas”.