NATHALIE GÓMEZ/@nathalie_fx
Huajuapan de León, Oax.- Tras gritar que alguien lo perseguía presuntamente con el fin de asesinarlo, un joven de 28 años de edad originario del estado de Puebla, amenazó con quitarse la vida saltando desde el anuncio de una farmacia; fue convencido de descender por las escaleras.
A las 5:30 aproximadamente, vecinos de la calle Ignacio Zaragoza y Tapia, fueron despertados por una persona que desde el exterior gritaba “ayuda”.
En cuanto se asomaron a ver qué ocurría, tanto los vecinos como los elementos de guardia del módulo de seguridad de la Policía Municipal ubicado en esta zona, localizaron al joven que se encontraba en la azotea de la farmacia.
La versión de los vecinos fue que el joven (que subió no saben por dónde) pedía ayuda porque presuntamente lo iban persiguiendo, sin especificar quién o por qué, pero aclaraba que portaban armas de fuego, por lo cual había decidido pedir ayuda y que no fuera asesinado.
De inmediato los policías pidieron el apoyo de vialidad para que se cerraran las vías de comunicación de Zaragoza desde Casimiro Ramírez y de la calle Tapia, además de Cruz Roja Mexicana y del heroico cuerpo de bomberos para su atención.
En el lugar se dieron cita alrededor de 30 elementos de seguridad, bomberos y paramédicos, quienes trataron de convencer al joven para que descendiera con cuidado y sin hacerse daño.
En cuanto los elementos trataban de convencerlo, el joven cambió su versión: Dijo que se quería quitar la vida porque su esposa presuntamente lo había abandonado y estaba embarazada de dos a tres meses, por lo cual se sentía muy decepcionado.
Pidió incluso que le llamaran a sus familiares para que supuestamente fueran a despedirse de él pero no brindaba ningún nombre o número de teléfono para que lo hicieran. Luego comenzó a pedir la presencia de la prensa.
A las 7:00 horas aproximadamente, el personal que había acudido logró que descendiera por las escaleras que colocaron los bomberos, para lo cual, él puso de condición que no se lo llevaran a los separos preventivos municipales, a lo cual un policía le dijo que no lo harían.
En cuanto bajó, un psicólogo habló con él y enseguida se lo llevaron al cuartel de seguridad pública, donde el juez calificador en turno determinaría su situación.
Ahí se identificó como Emmanuel y dijo ser comerciante. Presuntamente reveló a las autoridades haber ingerido bebidas embriagantes y estupefacientes horas antes del suceso, no recordando más que el momento en el que se supone que era víctima de una persecución.