Por: Margena de la O
Ciudad de México, 4 de febrero (Pie de Página/SinEmbargo).– Terminó la carrera. Erika Delgado Elguera, “La Nena”, se acercó a Dafne Sánchez Delgado para advertirle que eso no se quedaría así. Erika estaba molesta por haber llegado a la meta después que su rival. Esa carrera de motos fue en junio del 2017 en Taxco, Guerrero, era importante y la ganó Dafne.
La amenaza fue clara: ándate con cuidado porque nadie me gana.
Dafne comenzó a competir en carreras de moto desde 2015 en Iguala. Erika era parte del grupo de motociclistas Bros Biker cuando compitieron. La amenaza que le hizo a Dafne incluyó que la desaparecería del grupo de motos.
Dafne, aún con la amenaza en los hombros, continuó en su club y participando en las competencias, como la que organizaron en el estacionamiento de la Plaza Galerías Tamarindos de Iguala, en agosto de ese 2017.
A esa carrera también llegó Erika, quien mantuvo una actitud retadora hacia ella. Por momentos la miró fijamente, desafiante.
Ambas compitieron, por fortuna, al menos de ese momento, no en la misma categoría.
Un año después…
–Ahí está mi hija –dijo Fabián Sánchez señalando la foto de Dafne Sánchez Delgado, al iniciar la misa con la que arrancó en Guerrero la Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Después lloró.
La imagen estaba entre muchos otros rostros sobre el suelo de la iglesia principal de Huitzuco, como representación a las personas desaparecidas que sus familiares buscan por el país. Tenía una frase escrita: “Te quiero, hija, y lucharé hasta encontrarte”.
Foto: Margena de la O, Pie de Página.
Dafne desapareció el 3 de enero de 2018, en Iguala. Tenía 19 años de edad. Un año antes terminó la preparatoria de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).
Ese día unos hombres entraron a su casa, donde viven su mamá y su hermana y se la llevaron junto a un amigo que fue a visitarla. El papá de Dafne creyó en un principio que realmente fueron por su amigo Yahir, apodado Macaco, a quien conoció en los clubes de moto.
El cadáver del joven fue abandonado dos días después en la colonia El Capire de la ciudad de Iguala. Con el paso de los días, Fabián encontró elementos para relacionar el caso con la discusión que tuvo su hija con Erika Delgado Elguera, La Nena.
Azucena Delgado, la madre de Dafne, le contó los detalles que su hija le narró sobre la discusión con Erika, y que ella misma constató en una segunda competencia en Galerías Tamarindos. Todos esos detalles los ofreció para la investigación del caso al ampliar su declaración a inicios de este 2019.
Erika Delgado Elguera fue detenida el 31 de diciembre de 2018 por policías en Veracruz, acusada de homicidio, extorsión, secuestro y robo en Iguala y Tepecoacuilco, municipios de la región Norte del estado.
La mujer, publicaron autoridades es pareja sentimental de Ángel “N”, a quien también aprehendieron durante los primeros días del 2019 por los mismos delitos y por coordinar el grupo Gente Nueva, delincuentes que surgieron de los Guerreros Unidos, relacionado a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
NUEVOS PASOS EN LA BÚSQUEDA
Esta fue la primera vez que los padres de Dafne participaron en una Brigada Nacional de Búsqueda. Con este recorrido por Guerrero, es la cuarta vez que buscadores civiles o familiares de desaparecidas, al no tener más opción, buscaron información de posibles lugares de sepultura clandestina, rastrearon cerros y ubicaron fosas y cadáveres por su cuenta.
El lunes 21 de enero, considerado el primero de búsqueda en campo, los brigadistas fueron al cerro de Los Timbres, en Huitzuco, y encontraron una fosa con un esqueleto dentro.
Esto fue posible al trabajo previo que hizo Mario Vergara, uno de los buscadores de la brigada. Él es originario de Huitzuco y busca a su hermano Tommy, desaparecido desde hace seis años.
En un predio del cerro estaba el esqueleto de una persona y por la posición en que fue hallado fue sepultado boca abajo después de un balazo en la cabeza, según la reconstrucción de los hechos que hizo Mario Vergara con la información que recabó.
Fabián Sánchez, había participado en las protestas que los colectivos de familiares de desaparecidos mantienen casi permanentes para exigir respuestas institucionales y se sumó a los primeros días de búsqueda.
Azucena Delgado, la madre de Dafne, también estuvo durante el arranque. Con la fotografía de su hija en la mano, Fabián observó todo el procedimiento de localización y después de extracción del cadáver. La localización estuvo a cargo de los buscadores civiles y la extracción del personal de gobierno.
Ahí, ambos verificaron que la intervención de los buscadores, o sea los de su grupo, inician indagando posibles lugares de entierro clandestino, la localización de la fosa y la confirmación de restos humanos, sin desenterrarlos.
–Mario, tú que sabes más, ¡ayúdale! –gritó Fabián cuando otros buscadores movían con cuidado algunas piedras antes de confirmar que hubiera un cadáver en la fosa.
Después los peritos y antropólogos de la Fiscalía General de la República (FGR) se encargaron de desenterrarlo. Sacar un cadáver es un proceso tardado, por el cuidado que emplea el personal especializado para que cada hueso, si es que ya son restos óseos, quede despejado por completo de tierra y piedras.
Las brigadas nacionales propician el acompañamiento de las instituciones, desde policiacas hasta de peritaje. Fuera de este esquema, según la denuncia de Mario Vergara, el personal de gobierno funciona de manera negligente, porque hacen un levantamiento sin protocolos. Esto quedó exhibido días después, en la búsqueda en un cerro de Chilpancingo, donde la brigada encontró huesos en fosas y pertenencias en dos fosas que ya había procesado el gobierno.
En el cerro de Los Timbres, Fabián se movió varias veces de lugar para ver cómo los peritos y antropólogos de apoco hicieron que se asomara de la tierra el esqueleto.
Cuando esto pasaba, la mayoría de los familiares de desaparecidos habían bajado del cerro en grupos para seguir con el rastreo, por lo menos para acompañar y aprender de otros miembros del grupo que tienen más destreza para la búsqueda de fosas.
Fabián no se salió de una especie de circunferencia que marcó el personal de la FGR con cintas amarillas alrededor de la fosa clandestina.
Todavía cuando los coordinadores de la brigada dieron la indicación para retirarse, él se quedó hasta el último momento permitido, sin perder detalle. Los peritos y antropólogos continuaron desenterrando el cadáver.
CIUDAD DE LA DESAPARICIÓN
Si existe un lugar de desaparición, es Iguala.
A los 43 normalistas de Ayotzinapa se los llevaron de esta ciudad el 26 de septiembre de 2014 y desde entonces quedó exhibida como una especie de nueva sede de la desaparición. Con los años la fama parece no gastársele.
Con el caso de los normalistas quedó demostrada la operación de Guerreros Unidos, grupo integrado, entre otras personas, por servidores públicos municipales de Iguala.
El caso de Dafne, ocurrido cuatro años después de los 43, tiene relación con el grupo Gente Nueva de acuerdo a la ampliación de una declaración que forma parte de la investigación.
Esto significa que este grupo nunca ha dejado de operar en la ciudad.
En la corporación municipal de Iguala todavía hay 60 policías de los que operaban en 2014, de acuerdo al actual Síndico procurador del ayuntamiento, Frumencio Ramírez Cardona. Aclaró que todos están certificados, es decir, que aprobaron los exámenes de confianza.
Las cifras de homicidios tampoco indican cambios en Iguala en estos cuatro años. Los datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) sobre defunciones por homicidios se mantienen en los mismos rangos desde entonces: 2014 cerró con 149 casos, 2015 con 264, 2016 con 262 y 2017 con 256.
Coordinadores de organizaciones con familiares de personas desaparecidastambién tienen la misma percepción de que nada ha cambiado, porque no dejan de documentar casos nuevos.
Sandra Luz Román Jaimes, del colectivo Madres igualtecas en busca de sus desaparecidos, ha documentado ocho nuevos casos de personas desaparecidas, de los 86 con los que trabaja desde el 15 de marzo de 2018.
“Del diario hay desparecidos y la gente no habla por miedo”, dijo al dar su opinión sobre la desaparición en Iguala.
CASO EN PAUSA
El padre de Dafne desde hace meses se sumó a las actividades de los colectivos de búsqueda, casi todos surgidos porque los familiares dejaron de creer en las instituciones o porque se dieron cuentan que poco harían para localizarles.
En una protesta en Chilpancingo, a los ocho meses de la desaparición de su hija, denunció de manera pública que el fiscal ya tenía los nombres, apellidos, direcciones y teléfonos de quienes pudieron llevarse a Dafne. Datos conseguidos por él mismo.
A un año de la desaparición de su hija, la denuncia es la misma: las autoridades tienen información suficiente de lo que le sucedió.
Durante la Brigada, Fabián le llamó por teléfono al fiscal regional (zona Norte) José Luis Martínez Silva, para saber qué avance había sobre la solicitud formal que hicieron como familia para que Erika Delgado Elguera sea interrogada en el penal de Iguala, donde está presa, por la desaparición de Dafne.
El fiscal regional le mencionó que seguía en espera de unos oficios. Fabián sigue en espera de la respuesta del penal si pueden hacer ese interrogatorio, pero que es la misma respuesta que le habían dado desde los primeros días de 2019. Mostró unos mensajes de texto que le ha enviado al número celular del fiscal de Guerrero, Jorge Zuriel de los Santos Barrila, preguntándole qué avances hay en la investigación, pero sólo algunos están contestados con una o dos palabras.
El padre de Dafne también les ha pedido a las autoridades que investiguen a quien era pareja de su hija, un joven que está formándose en la sede militar de Iguala y que desde la desaparición no se ha comunicado con ellos.
El jueves 31 de enero viajó a la Ciudad de México también para hacer trámites en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), donde se entrevistó con un asesor jurídico y le dio un veredicto del caso: la Fiscalía de Guerrero no ha reportado ningún avance.
Pero Fabián no se desanima en continuar.
–Si mi hija me puso en este camino, aquí seguiré.