Por Elena Vega C./Vanguardia
Saltillo, 9 de enero (Vanguardia).- El caldo de rata de campo forma parte de la dieta de cientos de zacatecanos, de acuerdo a información compartida por el diario El Mañana, comenzaron a consumirlo desde la época colonial debido a la pobreza, pero también por su rico sabor y nutrientes.
Este animal fue consumido principalmente en la ciudad de Fresnillo y sus alrededores, el caldo cuenta con múltiples versiones. Lo hay con calabazas, chayote y col; también existe uno con semejanza al caldo tlalpeño. De acuerdo con los lugareños, la carne de rata tiene mayor calidad que la del pollo y la del conejo, esto se debe a que se alimenta exclusivamente de la hierba y semillas de los campos.
Debido a ello, cada vez aumenta más su consumo, frente a los transgénicos que muchas carnes poseen.
Por sorprendente que parezca, los platillos con carne de rata de campo ya han contado con festivales locales. En 2017, los profesionales de las artes culinarias de Zacatecas organizaron un primer festival en su honor. De acuerdo con sus declaraciones, buscan que se reconozca la carne de rata, y cobre el respeto y valor merecido.
La caza de los animales se realiza en lugares semideserticos o campo, sin embargo, aún existen bastantes prejuicios pues se le vincula a las plagas insalubres de las ciudades. Además de buen sabor, al caldo de rata se le atribuye propiedades medicinales como ayudar a curar la resaca y la anemia.
Asimismo, otro estado aficionado de los roedores es San Luis Potosí. En la región del altiplano es común utilizarlo como carne sustituta de pollo, ya sea para caldo o mole. La influencia del platillo zacatecano alcanza algunas regiones de Guanajuato.
Quienes también le han hecho valor a este alimento, son los indígenas tzotziles de Oxchuc, Chiapas. La venta del animal muerto se realiza los días sábados en el tianguis y también es un elemento tradicional en la fiesta de Día de Muertos.