Por: Daniela Barragán
Estado de México, 22 de enero (SinEmbargo).- La entrega de apoyos sociales a habitantes de municipios por donde pasan ductos de combustible inició en el Estado de México, sitio del que es originario Enrique Peña Nieto, quien fue Presidente y con el que el huachicol alcanzó cifras históricas y dejó ganancias por 65 mil millones de pesos al año, según lo dicho por el actual Mandatario Andrés Manuel López Obrador.
Becas para estudiantes, apoyo para jóvenes, adultos mayores, discapacitados, tandas… No hubo modo de que los habitantes de Acambay e Ixtlahuaca no aplaudieran las palabras de López Obrador, sin embargo, sí hubo un aire de desconfianza hacia la idea de un “programa social” para quien lo necesite.
El ejemplo más claro es el del actual Gobernador Alfredo del Mazo Maza, quien movió su campaña electoral bajo la promesa de dar dinero a las amas de casa. Ganó y hoy en público se le reclamó su mal funcionamiento.
El Estado de México ha sido una entidad en la que gobierno y sociedad formaron una relación a partir de los favores: el uso clientelar de los programas sociales se ha explotado en época electoral y para los eventos masivos, prueba de ello es el de aquí de Acambay, en el que en el primer cuadro del auditorio, el más cercano al podium, hay gente con banderas de Antorcha Campesina que intentan gritar más fuerte un “Alfredo, Alfredo”, que el “ratero, ratero” que se escucha atrás.
El Presidente se refirió a esa organización y dijo que nunca más los programas sociales iban a caer en manos de intermediarios y que iban a entregarse directo a la gente.
Brenda Karina Hernández Fabián, habitante de Acambay dijo en entrevista que veía muy bien todos los programas que presentó López Obrador y lo comparó con Del Mazo: “nada que ver. El de la tarjeta rosa (Del Mazo) solo dio apoyo una vez y no volvió a dar nunca, y sólo se lo dio a personas escogidas, a las que le iban al PRI, a las demás no. Hay esperanza, bastante, de que cambie eso. Él (Andrés Manuel) trae muchas ideas diferentes”.
LA POBREZA EN EDOMEX
El fantasma de la desconfianza de los mexiquenses habita en territorios de pobreza. De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Acambay tiene un grado de rezago social medio. El 47.56 por ciento de la población de quince años y más tiene educación básica incompleta, el 21.43 por ciento de las viviendas no tienen excusado o sanitario, el 29.03 por ciento no tiene drenaje y 41.26 por ciento no tiene un refrigerador.
En 2015, Acambay ocupó el lugar 115 de 125 municipios en la escala estatal de rezago social. En este punto existe un video en el que muestra cómo habitantes llegaron a una perforación de ducto con bidones para llenarlos de gasolina. Una imagen similar a la previa de la explosión de Tlahuelilpan (Hidalgo).
El caso de Ixtlahuaca es similar: esta comunidad enfrenta retos como la deficiente disposición de la basura, no tiene drenaje, usan chimeneas con leña y carbón, no tienen agua entubada y tampoco sanitario. En 2015, el 56.9 por ciento no podía cubrir sus necesidades básicas alimentarias, el 70.9 tienen carencia en los servicios básicos de vivienda.
En ambas localidades, en las últimas semanas se han resguardado miles de litros de gasolina. En el Estado de México, el número de tomas clandestinas aumentó 3 mil 990 por ciento en los últimos 18 años, teniendo su mayor índice de crecimiento durante el gobierno de Eruviel Ávila Villegas y en el inicio de gobierno de Alfredo del Mazo Maza.
Pemex ha contabilizado 4 mil 218 tomas clandestinas de hidrocarburos en esta región, que poco a poco escaló lugares en la lista de estados líderes en robo de combustibles, junto con Puebla, Hidalgo, Veracruz, Tamaulipas y Guanajuato.
El plan emergente de programas sociales del Gobierno de México contempla 16 municipios mexiquenses: Atlacomulco, Ixtlahuaca, Jocotitlán, Coyotepec, Cuautitlán, Melchor Ocampo, Teoloyucan, Acambay, Aculco, Jilotepec, Polotitlán, Tlalnepantla de Baz, Toluca, Tultitlán, Almoloya de Juárez y Huehuetoca.
“Tenemos que sacar adelante a nuestro querido Mexico, a nuestro pueblo. Eso es lo fundamental y sí se puede. El mal que más afecta a los mexicanos, la enfermedad, es la corrupción y vamos a acabar con la corrupción. Cero corrupción y cero impunidad. Hay mucha pobreza y mucha necesidad. Como la gente no tiene alternativas se fue creando esta práctica del huachicol. Ya no queremos que eso siga pasando y entre otras medidas que tomamos es que ningún mexicano va a tener necesidad de dedicarse a esas actividades porque la gente va a tener apoyos”, dijo en Acambay.
“No quiero estigmatizar al municipio. No es la mayoría y quienes lo hacen, hasta ahora, lo hacían por necesidad. Se apoyará al pueblo como nunca se ha hecho. Son casi 5 mil adultos mayores y van a recibir 2 mil 555 pesos cada dos meses […] Ya no es que yo pertenezco a tal organización o a Antorcha Mundial (Antorcha Campesina), dame a m el apoyo, yo lo voy a dar a la gente. Todos van a tener”, agregó.
“Aprende, Alfredo”, gritó un señor desde alguna parte.
La inversión para estos municipios será de 189 millones 300 mil pesos en ocho programas, en una primera etapa. Luego se hará el censo para evaluar los resultados.
López Obrador sostuvo que se hará con los ahorros en el combate a la corrupción porque sostuvo que el año pasado el robo de huachicol significó 65 mil millones de pesos.
“Llego a la Presidencia, me dan el reporte de lo que robaban diario, a veces el equivalente a 200 pipas diarias. Hasta que dije se acabó, yo no soy cómplice de corruptos”, señaló el Presidente.
Dijo varias veces: “Que se acabe el huachicol, que se acabe”. Todos gritaron que sí.
LA ZONA DEL HUACHICOL
Elodia Germán Tiburcio se dijo de acuerdo con los apoyos, en su casa tiene personas con discapacidades y espera, dijo, que “ojalá” sí sea real lo que está ofreciendo a la gente y “que se acabe el huachicol como él dice. Que deje de existir eso para que sigan llegando más recursos al pueblo porque es del pueblo el dinero”.
Elodia vive por el rumbo de El Ermitaño, en Acambay. Contó a SinEmbargo que los ductos en esta zona se ven y también es notoria la gente que traslada con recipientes grandes la gasolina.
“Es muy feo e inseguro porque nosotros que caminamos mucho para llegar a la carretera, luego salimos de madrugada y hasta miedo da ver eso porque nada más nos están viendo, cuidando de que no los delatemos, entonces es feo. Esto tiene como unos tres o cuatro años, pero no tanto. Ojalá y logremos que sí se acabe todo eso”, agregó.
En Ixtlahuaca, la gente esperó al Presidente hasta dos horas bajo el sol directo. Algunos aprovecharon para pasar a la carpa y preguntar los requisitos para los programas sociales.
La gente no dejó hablar a Alfredo del Mazo en las dos ocasiones que tuvo que presentar al Preside. Recibió chiflidos, abucheos y el clásico grito “es un honor estar con Obrador”.
“Nada ha afectado más a la nación que la deshonestidad de los gobernantes. Por eso vamos a acabar con la impunidad y la corroen el país. Vamos a ganar mucho porque el dinero del presupuesto ya no se irá por el caño de la corrupción. Será dinero del pueblo”, dijo en Ixtlahuaca.
Dijo que vino a este municipio porque le informaron que aquí había una práctica de huachicoleo, que no eran personas que llenaban recipientes, sino pipas.
“Vieron con lo de Hidalgo cómo pierden la vida por esta práctica muchos mexicanos, por eso ya no queremos esa actividad. Todo aquel que por necesidad se dedicará a esa actividad, les decimos que hoy tiene derecho al trabajo, a estudiar, para que no tengan necesidad de dedicarse a esas actividades peligrosas. No va a haber necesidad”, sostuvo y aclaró que todos los programas ya estarán funcionando a finales de febrero.
Beatriz González Hernández, también habitante de la región, dijo que los programas le parecen muy buenos “porque son apoyos que realmente hacen falta en la comunidad y yo estoy con él.
Este año el huachicol se ve bastante, fue mucho y ahorita que entró él (Andrés Manuel) hubo muchas cosas que no se habían visto. Dejó sin gasolina para tratar de acabar con ello pero me pareció muy bien, no como Del Mazo”.
En la entidad están los resquicios del PRI. El Estado de México es el bastión que lograron retener antes de la derrota electoral de 2018. Sus operadores aún rondan los eventos, hay quienes se ponen de pie a aplaudirle al Gobernador y se sientan cuando los aplausos que siguen son para el Presidente.
Mientras, la gente aún continúa preguntando por la tarjeta rosa.