De acuerdo con una publicación de 2013 del centro estadounidense de investigaciones biomédicas sobre el uso de sulfato de magnesio para prevenir trastornos hipertensivos durante el embarazo, a menos de la mitad de las mexicanas que fallecieron por esta causa se les administró el medicamento como parte del tratamiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que los Estados pueden prevenir la eclampsia y preeclampsia asegurando la distribución del sulfato de magnesio en los servicios médicos, ya que estos trastornos son la segunda causa de muerte materna en el mundo.
Se ha demostrado que el sulfato de magnesio tiene efectos benéficos para las mujeres gestantes: reduce el riesgo de fallas renales, accidentes cerebrovasculares, falla hepática y mejora el control de presión sanguínea. También tiene beneficios para los recién nacidos y reduce el riesgo de parálisis cerebral para los que nacen con bajo peso.
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