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Tlalpan utilizó silbatos antiacoso, pero sin resultados

Jun 14, 2016
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa/Cimacnoticias
CIMACFoto: César Martínez López

Ciudad de México.- Desde 2013, la delegación Tlalpan, entonces encabezada por Maricela Contreras Julián –emanada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) – repartió miles de silbatos a las habitantes de la demarcación como una medida para que denunciaran actos de violencia sexual en espacios públicos; sin embargo, no hay documentos ni cifras oficiales que demuestren que la estrategia funcionó.
La medida anunciada el pasado 25 de mayo por el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, de entregar silbatos para que las mujeres alerten sobre la violencia sexual en el transporte y el espacio público, no sólo se ha aplicado en otros países, sino que ya fue implementada y luego suspendida en esta ciudad.

En 2013, Maricela Contreras Julián, como jefa delegacional en Tlalpan –entonces la cuarta demarcación en la ciudad con más denuncias por violación sexual, según datos de la propia jurisdicción–, implementó una estrategia de silbatos como parte de la “Jornada Global Delhi y más allá: acciones concretas para ciudades más seguras”, que realizó con la organización internacional Comisión Huairou para erradicar la violencia contra las mujeres.

En este 2016 Tlalpan se convirtió en la tercera delegación con más denuncias por violación sexual en la capital del país (con 12), sólo después de Iztapalapa y Cuauhtémoc, reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

De acuerdo con Yaucalli Mancillas López, responsable de la Unidad del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (Inmujeres-DF) en Tlalpan, la idea surgió luego de que habitantes de la colonia Paraje 38 presentaran a la entonces directora de Políticas de Género, Martha Araceli Chargoy, su propuesta para alertar mediante un silbato sobre sospechosos de robo, incidentes forestales, inseguridad en la ciclopista, y demás incidentes delictivos.

En 2012 en esa colonia, explicó Mancillas –entonces asesora de la ya desaparecida Dirección de Políticas de Género en Tlalpan–, una mujer de 60 años había sido violada y se encontró el cuerpo sin vida de una adolescente, por lo que la instancia decidió implementar la estrategia en toda la delegación y adherirla a la “Jornada Global Delhi y más allá”.

A decir de la funcionaria, la estrategia –con la que se entregaron más de cuatro mil silbatos– tuvo buena aceptación entre la población, ya que algunas personas la usaron incluso para alertar sobre problemas cardiacos de adultos mayores en la vía pública y la agresión de un policía contra una adolescente.

Sin embargo, precisó Yaucalli Mancillas, la medida fue suspendida con el cambio de gobierno delegacional, en 2015, durante el cual también desapareció la Dirección de Políticas de Género. Por otra parte, apuntó, no hubo tiempo para hacer un balance con reportes de incidencia sobre el aumento de denuncias por delitos sexuales.

Si bien existe un informe de resultados de toda la campaña, en él no se explica cómo contribuyó la estrategia de los silbatos a erradicar la violencia sexual en espacios públicos, y no se encontró en algún informe público sobre el número de denuncias por agresión a mujeres gracias al uso del silbato.

MEDIDA INSUFICIENTE

Según Mancillas López, la entrega de silbatos en Tlalpan fue una medida que coordinó y operó incluso con recursos propios la Dirección de Políticas de Género.

Contrario a la estrategia de Mancera, las funcionarias de la demarcación se dieron a la tarea de ubicar “puntos de riesgo”, principalmente en aquellos en los que constaban denuncias por intentos de violación o agresión sexual, como San Miguel Topilejo, Parres El Guarda, Santo Tomás Ajusco, San Miguel Ajusco y otras ocho colonias más.

También realizaron recorridos –a veces en sus propios vehículos–, y formaron redes de mujeres y otros procesos organizativos entre las vecinas, para explicar y capacitar sobre el funcionamiento del silbato.

De acuerdo con la funcionaria, se requirió de una coordinación especial con la policía, alertas con claves que diseñó la comunidad, y la ubicación de líderes comunitarias y promotoras de Derechos Humanos de las mujeres que contaran con la información y los números telefónicos de los servicios de emergencia.

Mancillas López aseguró que se dieron capacitaciones a las y los vecinos sobre cómo actuar en caso de que observaran un acoso sexual y se difundieron trípticos con “consejos” para las mujeres, pero cada acción era focalizada, ya que dependía de cada colonia el tipo de medida qué iban a implementar y algunas preferían las alarmas vecinales en lugar del silbato.

Para dar continuidad a la estrategia se planeó la elaboración de un Observatorio Ciudadano contra el Acoso Callejero, que no se concretó, y para 2014 el gobierno delegacional pensó en ampliar la estrategia a través del Programa de Corresponsabilidad Ciudadana, que nunca se cumplió debido al cambio de administración y falta de presupuesto.

Yaucalli Mancillas informó que la directora del Inmujeres-DF, Teresa Incháustegui Romero, le solicitó recientemente los resultados de la entrega de silbatos en Tlalpan.

 

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