Por Redacción / Sin Embargo
Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).– El 93 por ciento de harinas para tortillas y pan en México no cumplen con los requerimientos nutricionales a pesar de estar etiquetadas como “fortificadas” con micronutrientes, reveló una investigación de la fundación internacional Changing Markets.
En el informe “¡Al grano!: ¿Qué marcas de harinas incumplen con la normativa de fortificación mexicana?”, que contiene el análisis del contenido nutricional de 343 muestras de 61 productos diferentes de harinas de trigo y maíz realizado en instalaciones acreditadas de los Laboratorios FERMI de la Ciudad de México, se destacó el fracaso del programa de fortificación de harinas en México.
El informe arrojó deficiencias en productos de harina de maíz que se comercializan en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Chiapas y DICONSA. También se observaron claras infracciones en 14 muestras de productos de las marcas mexicanas MINSA, LA PERLA, TRES ESTRELLAS y HOJA DE PLATA, y de las marcas importadas BOB’s RED MILL y LE 5 STAGIONI.
Con este estudio se muestra que, a pesar de que la mayoría de las harinas en México están etiquetadas como ‘fortificadas’ con micronutrientes, solamente el 7 por ciento, es decir, 4 de 61 productos de harinas de maíz y trigo lo están de una manera adecuada y, por lo tanto, en total cumplimiento con la ley, detalló el documento.
De acuerdo con la calificación que se le dio a cada producto o marca por su cumplimiento de la legislación para una correcta fortificación, siendo 10 la calificación más alta y 0 la más baja, estos cuatro productos recibieron un 10.
“Es grave que ninguno de los productos de harinas de maíz parece estar fortificado adecuadamente. Aún más preocupante, son las irregularidades encontradas en los productos subsidiados dirigidos a la población más necesitada”, recalcó la fundación en el informe.
Por un lado, señaló, ninguno de los ocho productos de harina de maíz del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Chiapas, producidos por MINSA, resultaron estar realmente fortificados. Por otro lado, los cinco productos de harina de maíz fortificada de DICONSA, no llevaban suficiente hierro.
“Las prevalencias de anemia por deficiencia de hierro en menores de dos años en México son alarmantes. Este reporte arroja una posible explicación: aunque los gobiernos han invertido mucho dinero en la entrega de alimentos, particularmente a través de los sistemas DIF y DICONSA, han fallado en la provisión de harinas adecuadamente fortificadas. Hoy tienen la oportunidad de corregir estas fallas”, dijo Aranzazu Alonso, Coordinadora del Pacto por la Primera Infancia.
También se observaron claras infracciones en 14 muestras de productos de las marcas mexicanas MINSA, LA PERLA, TRES ESTRELLAS y HOJA DE PLATA, y de las marcas importadas BOB’s RED MILL y LE 5 STAGIONI, las cuales resultaron no estar fortificadas en absoluto. De hecho, aseguró la fundación “ninguno de los productos importados parece cumplir con la normativa mexicana”.
A pesar de que el maíz representa el 72 por ciento del consumo de granos en México, ninguna de las empresas productoras parece estar fortificando adecuadamente. Esto se debe a que marcas como MASECA y MAIZZA no utilizan fuentes de hierro de buena absorción, y aquellas que las utilizan, como MINSA o GUERRERO, no parecen estar añadiendo hierro en suficiente cantidad, advirtió el informe.
Los productos de harinas de trigo mostraron mejores resultados, aunque una clara mayoría de productos fabricados en territorio nacional (90 por ciento) no están fortificados de manera adecuada o ni siquiera cumplen con la declaración de fortificación en la etiqueta del paquete, por lo que el análisis lanzó resultados inciertos.
La legislación mexicana obliga a las empresas a fortificar las harinas de trigo y de maíz con hierro, zinc, ácido fólico y otras vitaminas del complejo B; los estándares actuales para esta fortificación han estado en vigor durante casi 10 años. Sin embargo, el último informe de Changing Markets y Proyecto AliMente reveló que la mayoría de las empresas están utilizando un tipo inadecuado de hierro o no están utilizando la cantidad suficiente para asegurar que los niveles de hierro y zinc cumplan con los requisitos mínimos.
“Vistos los resultados de este estudio, no parece que la industria alimentaria vaya a cumplir la ley por sí sola. Por eso, necesitamos una mejora en los controles oficiales y la exigencia de su cumplimiento. El gobierno anterior estableció la normativa, pero es el nuevo gobierno el que tiene la oportunidad de hacer que la fortificación se realice adecuadamente como una herramienta intermedia para mejorar la salud y la nutrición de las personas en México”, dijo Yatziri Zepeda, de Proyecto AliMente.
El ejercicio de muestreo realizado por la fundación internacional Changing Markets fue organizado y llevado a cabo a finales del 2018 por el socio del proyecto, Proyecto AliMente, en diferentes localidades de la Ciudad de México y Chiapas, dos de los estados con las mayores tasas de anemia del país.