Las otras verdades / Eduardo Cruz Silva / APIM
Cuando iniciaron las campañas por la gubernatura de Oaxaca, el cachorro Murat se veía arrasador con su construida imagen de semidiós del olimpo. A mes y medio de las elecciones ya no se ve tan invencible. Los yerros propios y un lamentable manejo en su área de comunicación, lo va desinflando. Hasta los medios alineados al mexiquense, empiezan a tronarse los dedos.
Para nadie es un secreto que la militancia priísta tras la nominación de Alejandro Murat, quedó sensiblemente fracturada. Aquellos que habían depositado su confianza en que Eviel Pérez Magaña sería el candidato se sienten defraudados y hasta ahora no hay evidencias de que alguna operación “cicatriz” haya funcionado del todo.
A lo anterior, hay que agregar la manoseada y truculenta nominación de candidatos a diputados locales y concejales que también dejo fuertes resentimientos en muchos militantes que se fueron con la finta, les doraron la píldora que participarían en un proceso democrático y equitativo y al final fueron burlados por el favoritismo y la complicidad del dirigente estatal del PRI Alejandro Avilés Álvarez, en la entrega de candidaturas.
Apenas el pasado sábado, el Tribunal Estatal Electoral de Oaxaca (TEEO) avaló por unanimidad la candidatura de Alejandro Murat Hinojosa por la coalición Juntos Hacemos Más, integrada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), lo que momentáneamente le devuelve un poco de oxigeno a los sofocados priístas.
Los magistrados en una enmarañada explicación llegaron a la conclusión que Murat Hinojosa es “nativo” de Oaxaca y no requiere residencia mínima para ser candidato a gobernador. Como sea, seguramente la impugnación escalará a instancias superiores para su veredicto final. Mientras tanto el mexiquense-oaxaqueño es oficialmente el abanderado priísta a la gubernatura.
Señalábamos, que la campaña del cachorro Murat no termina de cuajar y menos sostener la distancia que mantenía con sus adversarios al arranque de sus actividades proselitistas. El desconocimiento de la geografía, costumbres e historia de Oaxaca de Alejandro Murat, se ha evidenciado varias veces. Lo que le ha valido convertirse en el blanco de cuestionamientos tanto de sus adversarios como de los periodistas de opinión y en materia prima de los creadores de “memes”.
En cuanto a las propuestas y discurso político de Murat Hinojosa, no se diferencia mucho de los otros candidatos. Todo es ofrecer y ofrecer sin el sustento de un plan de trabajo definido, no calendarizado y mucho menos sustentado en la realidad económica de Oaxaca y de su presupuesto.
Si el PRI estatal y su candidato a la gubernatura, están esperanzados que el voto duro les alcance para ganar la elección, deben ponderar que en el presente proceso electoral van incluidas las elecciones a las diputaciones locales y alcaldías. Y deben recordar que en su proceso de selección de candidatos pasaron por encima de muchos que se esforzaron por fortalecer a un partido que les dio la espalda.
En muchos municipios de la geografía oaxaqueña, no quedaron nada a gusto con sus candidatos a concejales y muchos priístas ya empiezan a trabajar a favor de otros candidatos para cobrar la afrenta de su partido. La aparente unidad que envuelve la candidatura de Murat Hinojosa, es sólo eso, una mera apariencia.
Para la gran mayoría de los priístas, la lealtad a su partido es del tamaño de sus propios intereses. Tal vez, eso no se lo dijeron al cachorro Murat cuando lo mandaron a buscar la gubernatura del estado, ya que muchos lo ven como un mexiquense perdido por Oaxaca.