MARÍA DE LOS ÁNGELES NIVÓN
Un asunto que le estalla en las manos al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador es el gravísimo problema de la salud de miles de mexicanos que siguen en la indefensión ante la falta de operatividad por la carencia de reglas de operación del recién creado Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
Aunque el director general del INSABI, Juan Ferrer Aguilar, quien por cierto será llamado a comparecer a finales de enero en San Lázaro en la Ciudad de México para que explique a las y los congresistas qué está pasando con esta institución, las fallas, desde las altas cuotas de recuperación hasta la carencia de medicamentos, principalmente contra el cáncer, ha dicho que ya están listas las reglas de operación y que en breve serán puesta en marcha.
Lo cierto es que como “El Borras”, echaron andar un nuevo instituto de salud sin contar con presupuesto, sin operatividad y poniendo en riesgo la vida y la salud de miles de mexicanos, de niños y niñas con cáncer y para muestra un botón, Oaxaca, cuyo Hospital de la Niñez agoniza, siguen sin medicamentos suficientes, hacen falta 16 claves contra el cáncer y ahí se atienden a 350 infantes con esta terrible enfermedad.
Aunque vino alivianarles un lote de medicamentos recibidos por parte de los Servicios de Salud de Oaxaca el pasado 15 de enero, se les dotó de ocho claves de medicinas como vincristina, metrotexato, ciclofosfamida, fluorouracilo, daunorrubicina, ifosfamida, gemcitabina y aspariginasa, que son para las atenciones de quimioterapias.
Esos niños y niñas con cáncer forman parte del “pueblo pobre” que López Obrador tanto ha ponderado que atenderá, pero a Oaxaca no le trajo en su reciente visita por tres días, ni un lote de medicamentos, por lo menos para alivianar la grave crisis del sector, le preocupa más vender el avión presidencial en “cachitos” de lotería, porque ya no sabe qué hacer con la aeronave, que priorizar la salud de los más pobres, ese sector de la población por el que hoy es Presidente de la República.
No se pueden seguir tomando los graves asuntos del país a la ligera, ni crear “cortinas de humo” para distraer a la población mexicana, al final los problemas persisten y cada vez peor.
En el Hospital de la Niñez de Oaxaca, no es de ahora que se ha venido denunciando la falta de medicamentos, pero actualmente se agudizó la crisis, principalmente para la atención de pacientes con leucemia, incluso los directivos del nosocomio habían determinado ya no recibir a infantes con cáncer porque no tienen con qué darles la atención, pero solucionaron de forma emergente parte de ese desabasto y los servicios se regularizaron.
¡Qué bueno que el Presidente nos visita en Oaxaca!, pensamos que visitaría los hospitales.
Claro, eso no se cuestiona ni tampoco la puesta en marcha de caminos pavimentados en poblaciones indígenas, bandera de gobiernos populares, lo que se señala es que estuvo tres días en territorio oaxaqueño y nadie de su equipo le sugirió que visitaran un hospital, al menos de los rurales que hay en las regiones para que constatara la crisis en que está sumido ese sector.
Por ejemplo, hay un reporte de la comunidad de La Ondura Lucero, un núcleo rural del municipio de Choapan cerca de Totontepec, Mixes, que nos hicieron llegar a este espacio, donde solicitaron la intervención de los Servicios de Salud de Oaxaca porque hay aproximadamente 15 niños con zika e incluso, señala el reporte, que ya vomitan sangre.
El reporte se envió a personal de los SSO que esperamos hayan atendido y corroborado si esto es verídico porque incluso nos enviaron un número telefónico de contacto, donde solo entran mensajes de whatsapp, porque no hay señal.
Imagínense, así de grave estamos en salud, es un asunto muy serio que debe resolverse lo más urgente posible y no estar esperando hasta el 2024 a que tenga la cobertura total el INSABI, con la salud no se juega.
Y miren que el Gobernador Alejandro Murat Hinojosa se pronunció a favor del INSABI, le dio el voto de confianza, incluso soltó ayer en el último día de gira de AMLO: “Que quede claro: Por ahí dicen que en mundo de ciegos el tuerto es rey, por eso varios decían que el Seguro Popular servía, porque quieren que el pueblo de México acepte lo menos peor”.
Pues así como están las cosas con el INSABI, por supuesto que había mayor cobertura con el Seguro Popular, sin dejar de reconocer que gobiernos priistas abusaron de los recursos que operaba este noble programa, hubo un uso deshonesto de los recursos públicos como por ejemplo los 9 mil millones de pesos desaparecidos en el Estado de México, Guerrero, Nayarit, Morelos, Tabasco, Sonora, Veracruz y de pilón Oaxaca.
Pero eso no quiere decir que en cuestión de cobertura para enfermos con cáncer, diabéticos, Sida, no se tuvieran medicinas, se agudizó ahora con la puesta en marcha del nuevo Instituto de Salud para el Bienestar, por una pésima planeación para su arranque, por falta de conocimiento de los responsables de operarlo.
Por ello hay tanta resistencia de gobernadores, por esa terrible incertidumbre, son 19 estados de la República que aún no firman los convenios para adherirse al nuevo modelo de salud y tienen hasta el 31 de enero para hacerlo, 13 entidades ya aceptaron.
Según declaraciones del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud Federal, Hugo López Gatell, los que no se adhieran no podrán acceder a recursos extraordinarios, es decir, a la lana adicional que está prevista cuando se tengan las reglas de operación y que alcanzan los 40 mil millones de pesos.
Estos estados que faltan por firmar y que por cierto son más de la mitad de las 32 entidades federativas, solo recibirán el presupuesto que les toca por ley: del Fondo de Aportaciones a los Servicios de Salud (FASA) que está en el Ramo 33 y tiene 110 mil millones de pesos, les llega directo vía Secretaría de Hacienda y Crédito Público y es el Congreso de la Unión el que decide cuánto le toca a cada entidad.
También está el dinero generado por impuestos estatales, “aunque a veces se hacen de la vista gorda y no los usan para salud, pero sí los pueden utilizar en eso”, dijo en una entrevista al portal Animal Político el funcionario federal, López Gatell (17 de enero 2020).
Desafortunadamente eso le pega a Oaxaca, recuerden el déficit histórico de más de 10 mil millones de pesos que enfrentan los Servicios de Salud en el Estado, debido a dos factores, el delicado desvío de recursos de administraciones anteriores, incluyendo a los sindicatos y una pésima decisión en la contratación de tanto personal administrativo, en lugar de tener médicos y enfermeras.
Deberán regularizar la nómina, que es uno de los requisitos para poder tener acceso a ese dinero adicional proveniente del Fondo de Gastos Catastróficos del extinto Seguro Popular.
El nuevo modelo de salud INSABI establece el compromiso de gratuidad, de compras consolidadas, remodelación de la infraestructura física y regularización de nóminas, ahí está el atolladero para Murat Hinojosa, cómo le van hacer para quitar, de entrada a todos los familiares de los líderes sindicales que ni siquiera tienen el perfil para las plazas que ocupan.
Oaxaca es el ejemplo vivo del mal uso de los recursos públicos a nivel nacional en materia de salud con tantos sindicatos enquistados.
Por lo pronto y por lo que se ve, vamos a seguir en la grave incertidumbre en materia de salud, porque no se ve para cuándo estén listas las reglas de operación del INSABI, salvo que el punto de acuerdo que harán las y los diputados en San Lázaro para las autoridades federales, surta efecto y aceleren su operatividad.
Caso contrario, no le vemos rumbo en el corto plazo. Se les hace agua el engrudo.
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