- Según nos enteramos, la razón verdadera sería el desastre operativo en que se encuentra la dependencia, por el saqueo histórico al ser convertido en una de las “cajas chicas” de los gobiernos.
- Pero también por la innegable falta de visión, sensibilidad y, sobre todo, soberbia del oaxaqueño Luis Antonio Ramírez Pineda, cuya incapacidad y mediocridad en todo lo que hace, es inocultable públicamente.
Por: Alfredo Martínez
Una de las peores maniobras políticas perversas del viejo y nuevo sistema político mexicano con el PRIAN y la 4T es la paradoja de la permanente contradicción “cambiar todo para que nada cambie”.
El gatopardismo lampedusiano es la estrategia preferida del gobierno de Andrés Manuel López Obrador: «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie aparentemente».
Si esto es de suyo grave hay todavía cosas peores que se inscriben indiscutiblemente en las diversas modalidades que comprende el amplio abanico de la condenable corrupción nacional.
Una de estas modalidades en el gobierno de la Cuarta Transformación y su partido Movimiento de Regeneración Nacional es premiar la ineficiencia e ineficacia, finalmente traducida en ineptitud.
A lo largo de la historia la simulación hipócrita del combate a la escandalosa corrupción ha hecho mucho daño a México como nación. Ha saboteado e hipotecado su pasado, presente y futuro.
Compartimos con ustedes, queridos lectores, esta reflexión, con base en los hechos cotidianos a la vista de todos los mexicanos y oaxaqueños. Claro, si no cerramos los ojos a la realidad para no verla.
Con enorme sorpresa nos hemos enterado de fuentes dignas de todo crédito que el director general del ISSSTE, el oaxaqueño Luis Antonio Ramírez Pineda, será premiado con una diputación federal.
Ante la cada vez menos inocultable ruina financiera del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, su titular estaría por dejar el cargo y salir por la puerta trasera.
Según nos enteramos, la razón verdadera sería el desastre operativo en que se encuentra la dependencia, por el saqueo histórico al ser convertido en una de las “cajas chicas” de los gobiernos.
Pero también por la innegable falta de visión, sensibilidad y, sobre todo, soberbia del oaxaqueño Luis Antonio Ramírez Pineda, cuya incapacidad y mediocridad en todo lo que hace, es inocultable.
Prueba de ello, durante los tres años que se desempeñó como diputado local plurinominal en la LXIII Legislatura del Congreso del Estado de Oaxaca no presentó ninguna iniciativa de ley.
Además, los hospitales y unidades médicas del ISSSTE de la Ciudad de México encabezan el mayor porcentaje de letalidad, o sea, muertes por Covid-19. Una realidad terriblemente dolorosa.
Del total de pacientes positivos que se atienden en ese sistema de salud, 31 por ciento fallecen, mientras que en el IMSS el porcentaje es de 22, y en los hospitales capitalinos de solamente 15.
Con datos oficiales de Salud y Epidemiología, Reforma contabilizó las muertes de residentes de la Capital, con prueba positiva hasta la primera quincena de agosto, al superar los 9 mil decesos.
Los hospitales ISSSTE Zaragoza, en Iztapalapa; Primero de Octubre, en Gustavo A. Madero, destacaron con 30 y 50 por ciento de muertes del total de pacientes confirmados con Covid-19.
Otro hospital en la misma situación es el Fernando Quiroz, en la alcaldía Álvaro Obregón, según se detectó estadísticamente con respecto a su densidad poblacional y capacidad de atención.
Las unidades del ISSSTE en las alcaldías Cuauhtémoc y Azcapotzalco tuvieron la mayor letalidad, con 36 y 38 por ciento de muertes del total de casos positivos del nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Estas últimas unidades médicas no fueron reconvertidas para la atención de pacientes contagiados de manera oficial y no figuran en los mapas de hospitales de atención del nuevo coronavirus.
Los 13 sectores de servicios de salud en la CDMX han atendido 111 mil 443 personas, con 8 mil 971 muertes. Tiene un promedio de letalidad de 8 por ciento, por debajo del que registra el ISSSTE.
Para intentar poner orden administrativo y frenar el saqueo de los escasos recursos en el ISSSTE, el primer día de este mes fue designado director de Administración el general Jens Pedro Lohmann.
El divisionario DEM Jens Pedro Lohmann Iturburu es un personaje cercano al presidente López Obrador y al secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, a quien relevó en la IV región militar.
El General de División Lohmann Iturburu es el tercer responsable en la dirección de Administración del ISSSTE durante el presente gobierno lopezobradorista, lo que pone de manifiesto el caos.
Su antecesor, Pedro Zenteno Santaella, sostenía una pugna sorda con el equipo cercano del director general, ahora es titular de la empresa distribuidora de medicamentos del gobierno federal. Zenteno Santaella sustituye al controvertido David León, protagonista del primer gran escándalo de corrupción de la 4T con Pío López Obrador, hermano del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A Zenteno Santaella se le atribuye haber intentado sabotear la llegada del alto militar divisionario, al grado de sembrar una denuncia insidiosa durante una de las “mañaneras” presidenciales.
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