Por Marina E. Franco y Diana Baptista / Noticias Telemundo
Kamala Harris acaba de hacer historia al ser votada a la vicepresidencia. Además de ser hija de inmigrantes, es la primera mujer negra y de descendencia surasiática en llegar a ese cargo. Con este logro, Harris abre la puerta para futuras candidatas como ella.
Y puede que lo más importante no sea su logro de este jueves, sino el legado que este deja: el camino para las futuras candidatas como ella.
La misma Harris lo indicó hace un año, cuando contó que su madre le decía que “puede que seas la primera en hacer muchas cosas, lo importante es asegurarse que no seas la última”.
“Mientras más mujeres haya en puestos así de visibles, más mujeres se postularán”, dijo a Noticias Telemundo Karen O’Connor, académica del Instituto sobre Mujeres y Política de la American University y autora de varios libros sobre las políticas y legisladoras en EE.UU.
Si Harris “tiene una posición destacada” ya que asuma en la Casa Blanca, “se abre camino no solo para ella volver a postularse para la presidencia en el futuro, sino para que otras mujeres lo hagan”, dijo la politóloga O’Connor.
Su victoria como vicepresidenta electa llega cuatro años después de que Hillary Clinton fuera seleccionada como la primera candidata presidencial estadounidense de un partido principal.
También ocurre en un año donde se ha hablado mucho a nivel mundial sobre los beneficios de tener a mujeres políticas en los más altos niveles, como la discusión de que países liderados por mujeres han sobrellevado mejor la pandemia de COVID-19.
Una presencia creciente de funcionarias beneficia a la política estadounidense –ellas suelen promover más leyes además de ser vistas como más confiables y capaces de lograr compromisos–, y también promueve la participación de futuras generaciones de mujeres al normalizar su presencia en la política, coinciden especialistas.
Este año también hubo un número récord de mujeres buscando llegar al Congreso, tanto demócratas como republicanas, según el Center for American Women and Politics, y en enero habrá por lo menos 131 congresistas mujeres, un récord.
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Harris ha ganado contiendas políticas locales, estatales y federales, como fiscal y senadora; tiene un historial tanto legislativo como judicial. Y aunque ella retiró en diciembre su precandidatura presidencial en parte por la falta de recaudación de fondos, en cuanto fue anunciada para la fórmula con Biden se multiplicaron las donaciones de campaña para el exvicepresidente.
¿Quién es Kamala Harris?
En esta fotografía del 12 de septiembre de 2019, el aspirante demócrata a la presidencia Joe Biden (izq.) y la entonces aspirante Kamala Harris se dan la mano tras un debate en la primaria demócrata en Houston, TexasAP
Harris es hija de Shyamala Gopalan, una bióloga originaria de India, y de Donald J. Harris, un profesor emérito de la Universidad de Stanford proveniente de Jamaica, ambos con estudios de doctorado. La vicepresidenta electa nació el 20 de octubre de 1964 en Oakland, California, un estado donde creció en áreas con población predominantemente negra.
La vicepresidenta electa acudió a la prestigiosa Universidad Howard en Washington D.C., donde se graduó con estudios en ciencias políticas y economía. Después, se graduó en Derecho por la Universidad de California.
Su carrera en el servicio público inició en 1990 como fiscal adjunta del condado de Alameda, California. Durante los siguientes 12 años se desempeñó en distintos puestos de la fiscalía, en los que procesó casos criminales y contra gente acusada de abuso infantil.
De 2004 a 2011, fue elegida fiscal de distrito en San Francisco, convirtiéndose en la primera persona negra en llegar al cargo. Como fiscal, rechazó pedir condenas de pena de muerte para personas acusadas en tribunales. Esta oposición ha continuado a lo largo de su carrera: en 2019, criticó en un comunicado que la Oficina Federal de Prisiones retomara la pena capital, al considerar que afecta de forma desigual a personas negras y latinas.
En 2011, Harris de nuevo hizo historia al convertirse en la primera mujer negra y de ascendencia surasiática en llegar al cargo de fiscal general de California. En su puesto, defendió los derechos de la comunidad LGBTQ, como el matrimonio igualitario.
Su gestión fue cuestionada; la acusaron de no haber hecho lo suficiente para corregir el encarcelamiento masivo y de no haber procesado casos relacionados con muertes vinculadas a tiroteos de policías.
En su carrera como senadora, desde 2017, se opuso a varias políticas de la Administración de Donald Trump. Expresó su rechazo al veto migratorio que prohibía el acceso de personas de varios países con población musulmana, y a las medidas de separación de familias en la frontera.
También fue una de las impulsoras de la legislación llamada Medicare for All, promovida por el senador Bernie Sanders. Este programa busca todos los estadounidenses estén cubiertos con un seguro de salud subsidiado por el Gobierno, como los sistemas sanitarios de Canadá o del Reino Unido. Críticos conservadores y de tendencia libertaria se opusieron a la legislación, al considerar que el gasto federal en atención médica incrementaría de forma dramática y que la calidad de los servicios supuestamente disminuiría.
En 2019, Harris presentó también un plan más moderado para expandir el Medicare, el programa para subsidiar un seguro médico para personas mayores de 65 años o con alguna discapacidad.
Por qué importa el éxito en urnas de Harris
Parece que los votantes en Estados Unidos están dejando atrás ciertos estereotipos que en el pasado han afectado a las candidatas.
En 2001, un 42% del público de Estados Unidos consideraba que un hombre siempre sería mejor que una mujer para el puesto presidencial. Para mayo de este año, según una encuesta de Gallup, el 94% de los estadounidenses dijeron que votarían para que en la Casa Blanca haya una presidenta.
Solo 13% admitió públicamente en sondeos este año que considera que los varones están más capacitados para el cargo, en contraste con 20% que decían hace 20 años que al país le iría peor si hubiera más mujeres en el Gobierno.
Con esas percepciones cambiantes, y logros como una cifra inédita de candidatas votadas al Congreso en 2018, “se van formando olas que crecen con el tiempo, al caer en cuenta los partidos de que las mujeres son instrumentales y valiosas”, dijo a Noticias Telemundo Christabel Cruz, directora del programa NEW Leadership de la Universidad de Rutgers, destinado a promover el ingreso de más mujeres jóvenes al campo político con capacitaciones de liderazgo.
En Estados Unidos se ha ido quebrando el llamado ‘techo de cristal’ político poco a poco. Apenas hace 100 años se reconoció en el país el derecho de las mujeres al voto, conmemorado recientemente con el aniversario de la 19ª Enmienda.
Votar a una candidata a puestos políticos conlleva beneficios para la población en general, de acuerdo con análisis históricos.
Por ejemplo, se impulsan más medidas de salud y economía a favor de las familias. En el Congreso estadounidense las legisladoras, en promedio, logran la aprobación del doble de las leyes que sus colegas hombres y tienen mayor disposición a trabajar de manera bipartidista, según estudios.
En promedio, entre 1984 y 2004, las congresistas lograron que se destinaran más fondos a sus distritos que lo que lograron los legisladores hombres, de acuerdo con un análisis de especialistas de la Universidad de Stanford.
“Al nivel legislativo, los votantes suelen ver a las mujeres como más honestas, trabajadoras y cumplidoras para asuntos internos”, señaló O’Connor, la politóloga de American University.
O’Connor agregó que ver una campaña en la que la aspirante vicepresidencial fue más que adorno, y una relación de trabajo Biden-Harris favorable en cuanto lleguen a la Casa Blanca, tendrán un efecto positivo para la población femenina del país.
La politóloga incluso vaticinó que el gabinete demócrata será más paritario y con más mujeres de lo que ha sido hasta ahora en la historia estadounidense.
“Creo que esta vez la balanza ahora sí está a favor de que se reconozcan notoriamente los aportes que hacen las mujeres, y especialmente las mujeres negras, asiáticas o latinas”, señaló.