Por Horacio Corro espinosa
Es una lástima que en Oaxaca haya que echar madres para ver si así las autoridades federales se deciden a actuar contra los violentos de la 22 y sus bloqueos carreteros.
Lo más seguro es que el gobierno actué al viejo estilo priísta con aquella frase antídoto para todo: Ni los veo ni los oigo.
Por estas acostumbradas respuestas de las autoridades priístas es que deben tener mucho cuidado, principalmente los empresarios, quienes después de haber bajado las cortinas de sus establecimientos comerciales, se enfrentarán no nada más contra la sección 22, sino también con el gobierno federal y estatal.
Es mejor que vayan pensando en nuevas frases para aplicárselas a los funcionarios de gobierno, porque que hay que entender que ya tienen cauterizados los oídos con frases como: “¡Si no pueden, renuncien!” “¡Estamos hasta la madre!” “Ya pedí, ya supliqué, ya imploré, ya lloré, ¡ahora exijo!” “¡No han hecho nada! ¡Eso es no tener madre!”
Ante cualquier nueva frase que confeccionen los empresarios oaxaqueños, se van a enfrentar también con aquellos mañosos que les van a aplaudir con frases similares a “los empresarios oaxaqueños han sido categóricos”, o “contundentes” o “¡Eso es valor civil!” “¡Eso es tener bien puestos los pantalones!” “¡Sigan con sus exigencias!”, etcétera. Ante estas palabras de encomio, deben tener cabeza fría porque tratarán de amarrarles navajas, de lo contrario, su ego los puede llevar a ser protagonistas de enfrentamientos físicos.
Si el gobierno no hace nada, como seguramente no lo hará, pondrá cara adusta y se apresurará a redactar de inmediato un documento al que le pondrán un título rimbombante, algo así como: Acuerdo para la Seguridad, la Justicia, la Paz y la Prosperidad Oaxaqueña, con un montón de medidas donde el gobierno se va a comprometer a cumplir en un plazo perentorio. Y el plazo comenzará a correr y a correr… ¿Y los resultados? Y los resultados nadie los conocerá.
Después de la nulidad, aparecerá el protagónico Andrés López, patriarca y santísimo de los violentos, quien le pedirá a las autoridades del país que volteen a ver al pueblo. ¿No me creen? ¿Y qué creen que dirá? Pues sí, lo que todos sabemos “¡Peña debe renunciar!” “¡Todo su gabinete debe renunciar con él!” ¿Díganme si no serán esas sus palabras?
El viernes en la noche, como a las 11 más o menos, Alfredo Harp Helú, puso en su cuenta de tuiter un llamado urgente a la cordura, y la carta la titula “Todos somos pueblo, amo a México.”
Dice entre otras cosas: “La tardanza en resolver el conflicto provoca que la crisis económica se agrave más y que la moral de los mexicanos cada día esté más desesperanzada. El pueblo es el perjudicado, el más afectado, el más dolido.”
“Propongo levantar las cortinas, ofrecer servicios, abrir fuentes de empleo, procurar que la derrama económica llegue a los rincones más olvidados, cuya realidad duele y duele mucho. Hagamos lo posible para que (…) el pueblo no sea afectado.”
Y termina diciendo: “México necesita ciudadanos comprometidos.”
Es cierto, pero ¿qué mexicano está comprometido? No los hay, ni el gobierno, ni el magisterio ni mucho menos la guerrilla, y todavía menos la Defensoría de los derechos humanos del pueblo de Oaxaca.
Harp Helú ya puso la muestra, y ante ella, ningún empresario oaxaqueño se debe hacer ojo de hormiga. Harp, dice que abrirá fuentes de empleo; y los empresarios, los que bajaron sus cortinas, ¿qué proponen para sus trabajadores? ¿O sólo van a esperar que el gobierno actúe? Creo que todos esperamos oír algo de parte de ustedes.
Como Oaxaca no va a recibir ningún apoyo por parte del gobierno aunque diga éste que la justicia esté de nuestra parte, ¿qué insulto, qué exigencia va a cambiar este Sistema? ¿Saben qué? Pongan ustedes el insulto a este… ¡valiente sistema que tenemos!
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