Por: Horacio Corro espinosa
Ayer se cumplieron 36 años de aquel movimiento telúrico en Huajuapan de León. Ese movimiento se sintió en muchas partes del país, pero después de varias horas se comenzó a saber de la dimensión que había tenido el temblor, así como de la tragedia que tardó años en asentarse poco a poco en el espíritu y en el corazón.
Los periódicos de la tarde de la ciudad de México, anunciaban a ocho columnas que Huajuapan había desaparecido del mapa. Después de ese encabezado venía una mínima información al respecto. Eran tiempos donde la comunicación era escasa. Además de que la ciudad se había quedado sin comunicación telefónica.
A partir de aquel 24 de octubre, Huajuapan vivió en medio de la muerte. Más de 5 docenas de personas, contabilizadas oficialmente, fueron las que perdieron la vida.
Casi el 50% de la población quedó destruida. En un principio se dijo que la magnitud había sido de 8.1. Yo sigo creyendo en esta cifra, aunque después de varios días se aseguró que había sido de 6.5 grados. Si hubiera sido de esta última magnitud, no se hubiera desgajado el cerro que está frente a la ciudad, el Yucunitzá.
Ayer, en un acto cívico y simulacro realizado en la plaza de la libertad de expresión, las autoridades municipales conmemoraron aquella fecha.
La dirección de protección civil de Huajuapan, informó que habían participado simultáneamente en el simulacro más de 30 mil personas, cuando en la plaza apenas si llegaban a 80 gentes, y hasta donde se sabe, los únicos que participaron en este ensayo, fueron los trabajadores del hospital Pilar Sánchez Villavicencio.
Protección civil de Huajuapan es exactamente igual que el ayuntamiento municipal, sólo de ocurrencias.
El periodo municipal de Luis de Guadalupe Martínez Ramírez, está por terminar, y en tres años, protección civil, nunca se preocupó por presentar un plan municipal de desastres.
En el “mega simulacro” de ayer, quedó demostrado que los miembros de protección civil no tienen la mínima preparación. Todos corrían por todos lados, no había ninguna coordinación. A los bomberos les tocaba entrar al edificio, en este caso al palacio municipal, para rescatar a posibles heridos, pero no hubo ninguna brigada para ello.
La poca preparación que tienen estos elementos es porque no se les ha capacitado, sólo se les ha utilizado para recoger sillas después de algún evento municipal, o para repartir tortas en actos de campaña. Esa es su capacidad. No juzgo a los integrantes, sino a los directivos.
Hasta donde sé, el próximo Presidente municipal de Huajuapan, dará a conocer su equipo de trabajo en la primera semana del próximo mes, y uno de los puntos importantes en su administración será la de protección civil. Se dice que quien estará al frente será José Antonio Ramírez García, persona con mucha experiencia en este tema. Ojalá así sea, porque Huajuapan ya no merece improvisaciones ni ocurrencias.
Como le vale a protección civil lo relacionado con protección, el sábado de la semana pasada, hace cuatro días, después de casi tres años, pusieron la señalética en caso de peligro en el edificio municipal.
Huajuapan ya no está para aguantar, en caso de otro siniestro natural, más dolor, más pobreza, más desamparo, más ausencias nuevas. Afortunadamente en los tres años de esta administración municipal no tuvimos ninguna desgracia, de otra manera, protección civil no hubiera resistido las culpas.
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