Por Horacio Corro Espinosa
Anoche estuve releyendo a Jaime Sabines. Siempre es un deleite leerlo.
Para los que no recuerdan quién fue Jaime Sabines, les diré que nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en 1926. Estudió tres años de medicina, luego, lengua y literatura castellana en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, pero nunca se tituló de nada.
En el ’52, al dejar sus estudios, regresó a su tierra y se dedicó a vender telas y confecciones. En el ‘59, Chiapas le otorgó un premio literario,y a partir de entonces comenzó a cultivar seriamente la literatura.
En 1976 fue elegido diputado federal por Chiapas. En 1988 fue diputado de Representación Proporcional por el PRI.
Su obra literaria está lejos de toda tendencia porque él no formó parte de ningún grupo de intelectuales ni de grupos literarios. Simplemente, fue un creador solitario cuyo camino fue hacerse el suyo propio.
En su poesía hay soledad, amargura, e hizo prosa en pedacitos tipo poesía en un lenguaje cotidiano.
Les voy a leer unas cuantas líneas de su obra para que lo ubiquen. “No es lo que siento por ti, es lo que no siento por nadie más.”
“Porque para quererte no necesito tenerte, te quiero libre; conmigo o sin mí. Te ofrezco mis brazos para estar juntos, o te doy mis alas para dejarte volar. Tú decides.”
“Te quiero. Escúchalo también cuando no lo pronuncie.”
“Si te digo que te necesito… te miento. Pero si te digo que no te necesito… también te miento. A ver si te explico. No eres mi aire, no te necesito para respirar, pero sin ti… No siento que respiro.”
“Todos los días te quiero de las 10 de la mañana a las 4 de la tarde, de las 4 de la tarde a las 8 de la noche y de las 8 de la noche a las 2 de la madrugada. Después de las 2 de la madrugada te sueño y te quiero.”
Puedo seguir leyéndoles poemas de Sabines y no terminar… pero a lo que voy, es que a este hombre le tocó formar parte del Colegio Electoral cuando se calificó la elección de Carlos Salinas de Gortari. Esa experiencia lo inspiró a escribir un texto que yo ya no me acordaba de él, hasta anoche que lo releí.
Esta parte se la dedica al PRI. Como se darán cuenta, el PRI de 1988, es el mismo de 2018:
“En quince días de asistir a las sesiones del Colegio Electoral, he escuchado las siguientes expresiones de los miembros del PRI (dice Sabines): los priístas son sordos, ciegos, mudos, miopes, deshonestos, incapaces, ineptos, inconscientes, insensibles, cínicos, mafiosos, traidores a la patria, falsificadores, magos, alquimistas, burladores del pueblo, ladrones, asesinos, hampones, inmorales, sinvergüenzas, desfachatados, corruptos, culeros, irresponsables, sucios, impostores, criminales, irracionales, infames, acarreados, mecanizados, robots, raquíticos, exiguos, anémicos, endebles, precarios, indecentes, chanchulleros, asquerosos, tortuosos, delincuentes, zapateros, abusivos, pillos, charros, tramposos, falsos, mentirosos, bribones, electrónicos, computarizados, autómatas, cibernéticos, increíbles, escorias, hijos de su madre, extraterrestres, irreales, surrealistas, humanoides, acabados, en extinción, sindicaturados, torpes, socarrones, paracaidistas, perversos, consultantes, miedosos, indignos, débiles, defraudadores, cachirules, mezquinos, prepotentes, represores, usurpadores, vulgares, cachondeadores, maniobreros, inconfiables, antidemocráticos, fascistas, antihistóricos, contrarrevolucionarios, proimperialistas, oligarcas, vendidos, entreguistas, méndigos, explotadores, sojuzgadores, negativos, sin hormonas, sentenciados por el pueblo, y además, en escala zoológica, de manera precisa y simultánea: dinosaurios, coyotes, golondrinos, gaviotas, puercos, perros, mapaches, borregos y ratas…”
Después de que Jaime Sabines escribió esto, se retiró del PRI con lo siguiente: «Les doy las gracias porque nunca como ahora -ante la inminencia de ser expulsado de la historia- nunca como ahora me había sentido tan a gusto en el PRI.»
Lean, busquen a Jaime Sabines, por favor, no se van a arrepentir.
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