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El narcotraficante Jesús ‘El rey’ Zambada García describió en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán en Nueva York las “guerras” entre grupos de narcotraficantes en México que causaron “muchos muertos” desde la década de 1990.
Zambada García, quien se confesó culpable de tres cargos tras su extradición en 2012 a Estados Unidos, por los que podría enfrentar cadena perpetua, explicó que a mediados de la década de 1990 el “grupo de Sinaloa” se enfrentó a los hermanos Arellano Félix.
Ese grupo, conocido entonces como “La Federación”, era conformado por Ismael Zambada García, hermano del testigo, y por unos socios que adquirió en 1994: Juan José Esparragoza “El Azul”, el propio Guzmán, Amado Carrillo Fuentes y Arturo Beltrán Leyva.
Guzmán entró en “guerra” con los hermanos Ramón y Benjamín Arellano Félix, debido a que el acusado enviaba cocaína por túneles en Tijuana hacia Estados Unidos.
Cuestionado por la fiscalía, Zambada precisó que los Arellano Félix se “creían los dueños de Tijuana”, y que al iniciar la guerra contra Guzmán el resto de la Federación lo apoyó, pese a que él mismo mantenía tratos con los Arellano Félix.
En esa guerra el testigo, Jesús Zambada, sufrió un atentado, en tanto su hermano Vicente fue asesinado. Esa guerra causó además la balacera de la discoteca Christine’s de Puerto Vallarta en 1992, que provocó la muerte de seis personas.
La guerra se recrudeció en 1993 cuando se celebró “una reunión de paz” que finalmente fracasó, lo que dio paso a “una guerra muy fuerte”, de acuerdo con Zambada.
Otra “guerra” fue entre Arturo Beltrán Leyva y los Zetas, y la tercera “guerra” fue encabezada directamente por Guzmán, de acuerdo con Zambada. Esa confrontación fue contra uno de sus antiguos socios, Arturo Beltrán Leyva, y sus hermanos Alfredo y Héctor.
Zambada indicó que su papel en tales guerras era identificar posibles objetivos para asesinar entre sus enemigos. Esas guerras eran peleadas por sicarios y “por el que le toque”, afirmó Zambada.