Por: Horacio Corro Espinosa
Mucha gente se da cuenta que algo cambió en la nueva forma de informar, pero no sabe exactamente por qué o desde cuándo comenzó este cambio.
Hay veces que las cosas cambian poco a poco hasta que se monta sobre su riel y así sigue, hasta que llega el día en que se rompe.
El cambio del que les quiero hablar, inició el miércoles 11 de enero de 2017. A partir de esta fecha algo definitivo cambio para la vida democrática de los Estados Unidos, y posiblemente para el resto del mundo. Quien provocó este cambio fue, tal vez sin proponérselo, Donald Trump.
El reportero Jim Acosta, de CNN, le dijo a Trump «ya que usted nos está atacando, concédame hacerle una pregunta». Ante la insistencia de éste, Donald Trump le gritó al periodista: «usted es un fake news».
Hoy sabemos que “feke news” es propaganda destinada para desinformar a través de los medios de comunicación. “Feke news” son noticias verificablemente falsas, cuya principal finalidad es engañar o confundir a la audiencia. Su motivación casi siempre es económica o política y jamás es informativa o periodística.
Hoy, principalmente en las redes sociales, nos encontramos con mucho periodismo para desinformar. Y lo curioso es que a ese periodismo mucha gente lo ha aceptado como verdadero. Es como lo que publica «El deforma». A pesar de que su nombre es deforma, de deformar, mucha gente lo toma como objetivo y lo reenvía como verdadero.
Como es mucha la gente desinformada, a ésta le es fácil tomar ese tipo de información como cierta.
Se ha dicho mucho que la información es poder, pero en estos días de incertidumbre política, esa información falsa ha ido matando la conciencia humana y, por lo tanto, ha ido aniquilando a la ciudadanía democrática.
Lo cierto es que gran parte de la sociedad mexicana está experimentando un cambio autoritario por obra de la facilidad con que se producen y distribuyen noticias fabricadas.
En estos días el periodismo enfrenta problemas muy serios que no se relacionan con su naturaleza o su función social, sino con los cambios que están ocurriendo en la estructura noticiosa.
Es posible que muchos de ustedes se hayan dado cuenta de la caída de muchos periodistas importantes con los fake news.
El periodista muchas veces toma la información de buena fe, pero a veces los informantes abusan de los medios de comunicación para obtener beneficios económicos o políticos. Son un ejército de dizque “influencers” que lanzan información aparentemente cierta pero que va a beneficiar al contratante.
Quién sabe en qué tanto tiempo más las audiencias aprendan a distinguir entre un producto noticioso y un producto fabricado.
Mientras tanto, el que busca, debe tener en cuenta, primeramente, si el que lanza la información es un periodista o un aficionado, si sus seguidores son reales o son de otros países a quienes poco les importa lo que suceda en nuestro país. Y, por último, qué número de seguidores tiene, ya que esto les puede avalar cierta credibilidad.
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