Por Horacio Corro Espinosa
A la vuelta de la esquina esta la Navidad. Se nos ha dicho que esta época es un tiempo de Paz y Felicidad. Que durante estos días debe reinar la armonía entre todos. También, que es el espacio perfecto para el reencuentro y el perdón. Y sobre todo esto, está la idea que todo mundo cree: que es la época de dar para demostrarle al otro que lo queremos.
Al caminar por las calles escuchamos los villancicos en todo lugar, lo mismo que los abrazos y las felicitaciones. Todo esto nos hace sentir que vivimos en paz. Pero… ¿de verdad es así?
Si observamos atentamente a nuestro alrededor, nos daremos cuenta que esta Navidad no es igual a otras. No se trata de los copitos de nieve, los arbolitos con luces de colores que bailan al compás de la música. No.
Si observamos el lenguaje corporal de mucha gente, o sus gestos, nos revelarán emociones negativas. Aunque también puede ser porque estamos entre mucho ruido y tensión a causa de la violencia. A esto hay que sumarle que tenemos que cumplir con lo que siempre nos han dicho: que debemos dar porque es la época de demostrar amor.
El dar es meterse a las aglomeraciones, a los sitios repletos de gente que se preocupa por comprar. En los restaurantes es lo mismo, están hasta el tope. En muchos de esos lugares se reúnen los compañeros de trabajo para la ultima cena o comida del año, lo que arroja regularmente, miles de litros de alcohol por hora.
Las calles lucen llenas de vehículos. Desplazarse por la ciudad se ha convertido en un proceso semejante a un bloqueo o a una marcha o a una calenda. Para llegar a cualquier sitio se necesita, por lo menos, de un par de horas.
Está comprobado que diciembre trae consigo más depresiones que cualquier otra época del año. Incluso, hay muchos libros, mucha literatura, que habla de la depresión de diciembre.
Los expertos en los temas psicológicos dicen que ese sentimiento viene por ciertas causas físicas, como, por ejemplo, el frío o la ausencia de sol. En esta temporada, también, es donde más se recrudece el sentimiento de soledad. Es por eso que mucha gente se refugia en los lugares donde hay más gente.
Aunque es la época más bonita del año, muchos la aprovechan para sacar su enojo, un enojo incomprensible que les nace solo por ver todo lo simbólico de la Navidad. Entre más villancicos escuche esa persona y más abrazos reciba, más ira producirá.
Supongo, es una suposición, que la ira les venga por los símbolos que no tienen significación con el tema cristiano, ya que es cuando se conmemora el nacimiento de un niño que transformó los conceptos y la existencia misma y dio lugar a la familia como unidad social.
Estas fiestas son para celebrar el nacimiento del niño Jesús, los Reyes Magos y la Huida a Egipto. La Navidad es el reforzamiento del mensaje de Cristo, no del hombre de barba blanca y traje rojo. Hasta donde sé, ese señor nunca nos ha dejado nada por escrito.
¿Tú eres de los enojados que andan por ahí? No se preocupen, guarden la calma, gocen cada momento en estos días. En serio, aunque te enojes, no vas a poder cambiar el mundo.
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