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Lo bueno casi no se cuenta, porque lo malo es mucho

Sep 5, 2016

Las otras verdades / por Eduardo Cruz Silva

La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente. (Francisco Ayala).

Acabamos de pasar una semana de esas que se dicen son para olvidar. El pasado domingo nos amanecimos con la noticia del deceso del cantautor Juan Gabriel. Desde ese día, el tema “Juanga” sigue vigente en los medios de comunicación.

Fue la visita del candidato republicano a la presidencia de los Estado Unidos, Donald Trump, la que vino a desatar los demonios en México, por ser un personaje que ha afianzado su candidatura con  declaraciones racistas, ofensivas y burlonas en contra de los trabajadores inmigrantes principalmente de los mexicanos, ganándose a pulso el repudio de los latinos.

Ante la andanada de críticas que recibió el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, por haber invitado a Trump, se vio en la necesidad de dar la cara y tratar de enmendar lo que ya se ha considerado “un error histórico”  y decir que la invitación fue para los dos candidatos presidenciales de los EU, solamente que nunca pensó el grado de ridiculez al que sería sometido por reunirse  con tan  indeseable y desquiciado personaje.

La felpa al mandatario mexicano, apenas aminoró un poco por la dinámica que se generó  al entregar al Congreso de la Unión  su cuarto informe de gobierno. Luego vendría un desaguisado más, pues la costumbre  de ofrecer un mensaje político a la nación como parte del protocolo del informe de gobierno,  fue cambiada  por un supuesto encuentro con trecientos jóvenes “representativos del país”.

Difundido en cuanto medio fue posible, el encuentro de jóvenes no fue más que un Talk Show, llevando como estrella principal al originario de Atlacomulco y en donde a los pocos minutos al aire, empezaron a surgir evidencias que los invitados eran en su mayoría “paleros priístas” escogidos por la presidencia de la república. El show se vino abajo y las críticas a Peña Nieto volvieron  a  inundar las redes sociales y los medios de comunicación.

A casi una semana de distancia, la figura presidencial se ve sumamente deteriorada y ya hasta duele, hacer comentarios negativos de los tropiezos de Peña Nieto. Faltan dos años para que concluya su mandato y todos vemos que a la yegua le faltó jinete.

Para Peña Nieto y su gabinetazo, la evaluación de su gobierno se debe de observar desde la óptica de sus reformas estructurales. Para ellos, es la piedra angular que faltaba para transitar con el camino de desarrollo y bienestar tan exigido por los mexicanos. Se lavan las manos diciendo que se requiere tiempo para ver los resultados.

Cualquier avance en las acciones de gobierno  se pierden o se diluyen, cuando  observamos que simplemente el gobierno federal no puede contrarrestar la ofensiva desatada por la  Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en contra de la Reforma Educativa.  La percepción generalizada sobre ese conflicto es que gobierno federal y los estatales han sido sometidos por los radicalizados integrantes de la CNTE.

Mientras tanto, en la tierra de la Tlayuda y el Quesillo, se vive una realidad de pesadilla pues al conflicto y desestabilización que ha provocado la CNTE colapsando la vida productiva de Oaxaca, se suman otros conflictos virulentos como el de los mototaxistas y transportistas que un día sí y el otro también dirimen sus diferencias a punta de balazos.

Muy orondo el  Secretario de Seguridad Pública, Jorge Alberto Ruiz Martínez, se atrevió en afirmar que en Oaxaca “no se permitirá que se vulnere el Estado de Derecho”.  Esa fue  una declaración que se pasó de estúpida. En Oaxaca, cualquiera se pitorrea del Estado de Derecho; porque simplemente no existe.

En el establo de la Cámara de Diputados, es de pena ajena el pleito entre la bancada panista al desconocer a su coordinadora  Natividad Díaz Jiménez y colocar al infumable Gerardo García Henestroza. Las diferencias tienen su origen en la disputa por la presidencia estatal de ese partido y el deseo del dirigente estatal, Juan Mendoza Reyes de heredarle el lugar a la ejuteca.

El barco del “gobierno del cambio” que timonea Gabino Cué Monteagudo, hace agua por todas partes y si no ha encallado es por obra y gracia de Jesús y María Santísima. Decir que su gestión ha sido peor que la de cualquier gobernador priísta del pasado es para llorar.

Apenas se dio a conocer, que el gobierno de Oaxaca ha dejado de pagar a estudiantes del nivel medio superior mas de 80 millones de pesos que corresponden a distintos tipos de becas. El dinero ya fue aportado por la federación, pero aquí, muy cínicamente lo utilizaron para tapar otros agujeros.

Nada bueno se vislumbra en los últimos meses de Cué Monteagudo,  Oaxaca se le deshace a pedazos y poco ayuda el gobierno federal a generar un clima de confianza, porque también ellos están que no dan pie con bola. Por ello, lo bueno casi no se cuenta, porque lo malo es mucho, demasiado.

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