Por: Horacio Corro Espinosa
En todos los casos políticos nunca hay margen de error, en serio. Veamos.
Luego de que es ungido el candidato como don fulano de las importancias, invariablemente se sueltan los barberos a hablar maravillas del nuevo mandamás.
Para quedar bien con los jefes, sucede lo de aquella hermosa fábula para niños que habla sobre el amor de una madre, que demuestra cómo es de inmenso y puro el cariño materno. Les hago un resumen del cuento:
La mamá zorra recorría desesperada el desierto para encontrar a su hijo. En el camino se encontró a una serpiente, a una paloma y un conejito, y todos ellos le preguntaron a mamá zorra: ¿Cómo es tu hijo?
La madre les expresó:
—Mi hijo es muy hermoso, tiene pelo abundante, es muy lindo y de color pardo rojizo, sus orejas firmes y sus ojos azules como el cielo. Es ágil y muy astuto, además de ser veloz. Su pecho es plateado y su cola larga de pelaje esponjado, en sí, un bello ejemplar.
—¡Mire!, le dijo el conejito, vi a un joven zorro deambular por ahí, pero la descripción que me ha dado no corresponde en nada al que yo he mirado. Lo que vi es un ejemplar muy feo, hocico largo y caído, muy flaco, con los ojos hundidos, pelaje sucio y escaso, muy apenas se sostiene. Le pudiera decir más sobre él, pero no tiene caso. Creo que no estamos hablando del mismo zorrezno.
—¡Ese es mi hijo, ese es mi pequeño que ando buscando…!
Así, o un poco más exagerados andan los morenistas de este país, presumiendo de su presidente López Obrador, por todas partes, y lo peor, no les da pena.
A éste lo han comparado con Morelos, con Villa, con Zapata, y hasta han dicho que tiene ojos guadalupanos. De ese tamaño está la cosa.
Otros más han asegurado que es innovador, revolucionario y hasta exitoso. No ha faltado aquel que asegura que su modo de gobernar es inédito. Es más, se han atrevido a decir que es científico; otros, que mágico; historiador; protector de los desvalidos; amoroso; moral, y lo último, esto lo asegura Alejandro Solalinde, que es cristiano y, además, santo.
Esta última declaración me sorprende mucho, aunque seguramente lo ha dicho por miedo, pues ha de ver en Obrador a un Tomás Garrido Canabal.
Garrido Canabal fue gobernador de Tabasco en tres ocasiones, y también fue gobernador interino de Yucatán. Sus tarjetas de presentación decían: Tomás Garrido Canabal, gobernador constitucional del Estado de Tabasco y enemigo personal de Dios.
Las declaraciones que hicieron Solalinde y Obrador, con motivo del Viernes Santo, demuestran que son unos ignorantes bíblicos. Ambos sabrán mucho de religión, pero desconocen por completo a Dios.
La zalamería hacia López Obrador, ha rebasado lo indecible, pero solo los morenistas tienen el valor de hablar tantas maravillas de su presidente. Solo ellos pueden convertir a un hombre en dios. Solo ellos pueden hablar tantos milagros de un priísta.
Lo gacho, es que al presidente de México lo tienen en otros países como el “presidente más irresponsable del continente”.
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