Por: Horacio Corro Espinosa
Dentro de unos años, por estas fechas, vamos a estar recordando el 2020 como el año más cruel. Esta historia terrible se la contaremos a nuestros hijos o nietos, y éstos no se imaginarán el número de muertos juntos, en un mismo día.
Creyentes y no creyentes, todos quisieran que, hoy sí, se celebre la Navidad. Sin embargo, por las condiciones en que la pandemia nos arrastra desde marzo, en esta ocasión, celebraremos una de las navidades más extrañas y raras de nuestras vidas.
A 5 días de la Navidad, todos vemos como crece y crece el número de contagios en nuestro país. Aun así, mucha gente está regresando a sus lugares de origen para reunirse con sus familiares. La pregunta es: ¿cuántos de esos que volvieron o volverán con sus viejos, llevarán el virus? ¿Cuántas de esas familias quedarán tocadas por el virus por una simple necedad?
Los que acostumbran a cantar villancicos, los que preparan comida para los trabajadores de la empresa, etcétera, los más responsables, tuvieron que dejar esa costumbre para mejor ocasión porque saben, que hoy no se puede. Además, porque el dinero es escaso. Afortunadamente eso ha inmovilizado en algo los festejos.
Desde luego que hay muchas personas mayores que aguardan estas fechas para salir y juntarse con sus familiares. Pero como hoy no se puede, esa ausencia les aumentará el sentimiento de tristeza.
Así que la lista de tradiciones navideñas quedará guardada. Aunque si quieres vivirla como cada año, dependerá de ti, y decidirás si quieres vivir contento o triste. Pero si vemos esta navidad como diferente, el impacto emocional será distinto.
Es cierto que en este momento hay gente que siente mucha ansiedad por no poder reunirse con sus familiares ni poder cumplir con las tradiciones. Lo que queda, es adornar la casa, llenarla de luz, poner música navideña, pero evite la cercanía aún de sus familiares. Uno nunca sabe de dónde nos puede llegar el virus.
Hoy es cuando debemos reinventar la Navidad. Si no podemos visitar a nuestros viejos, a nuestros mayores, lo que si podemos hacer es enviarles un regalo personal hecho por nosotros mismos. Eso sería valiosísimo para ellos. Hoy es el momento para recuperar la tradición de mandar tarjetas navideñas.
Los niños son los que miraran esta navidad con más normalidad. A ellos no les preocupa tanto los rituales sociales. Lo que más les interesa es mantenerse conectados. Mientras puedan ver a sus primos, amigos, vecinos, a través de las pantallas, no se quejarán.
Los papás de estos niños han aprendido que el confinamiento los ha orillado a desarrollar su vida a través de videoconferencias o vídeollamadas, ya que la pandemia exige distancia física. Gracias a esta tecnología se ha evitado un mayor número de contagios.
La Navidad siempre es hermosa, con frío o con calor, por lo mismo, no debemos renunciar a celebrarla con los que siempre han estado con nosotros en casa.
Así que, viendo todas estas posibilidades, podemos escoger la más segura para evitarnos lágrimas en la casa.
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