Por: Horacio Corro Espinosa
El domingo 20 de este mes, la maestra Elisa Rosaicela Silva Jiménez, del municipio de Huajolotitlán, tuvo la oportunidad de hablar directamente con Andrés Manuel López Obrador, cuando éste llegó a la plaza de la danza de la ciudad de Oaxaca. Allí le entregó un documento que enumera las veces que los funcionarios públicos del Estado de Oaxaca, se han negado a atenderlos para terminar el conflicto de esa comunidad.
Cuando ella le dio la mano al presidente, no se la soltó, y le dijo que ella no iba por una fotografía, sino a buscar, a través de él, una solución por el conflicto de su pueblo, y para denunciar al subsecretario de la Secretaría de gobierno, Carlos Ramos, quien no respetó “el compromiso que hizo frente a usted para atendernos”, le dijo.
Le recordó que el 6 de octubre lo abordaron en la carretera, antes de llegar a Huajuapan. “Me acuerdo”, le respondió López Obrador. Entonces, éste le dijo al gobernador Alejandro Murat: “atiéndeme este asunto inmediatamente”. El gobernador le dijo a la maestra Elisa que no se preocupara, que la siguiente semana se comunicaría él personalmente con los de Huajo, para resolver el conflicto.
Por la atención que ha tenido el presidente con los de Huajo, esperan que Alejandro Murat responda a los ciudadanos y termine el problema generado por el presidente José Luis Ramírez Alverdín. Durante el tiempo que la maestra Elisa le dictó al gobernador los números de teléfono, allí estuvo también, a un lado, el presidente Obrador.
Como sabemos, a Ramírez Alverdín, lo mismo que a la expresidenta municipal Alejandra Cortazar Jiménez, hoy tesorera, les conviene que el conflicto se perpetúe en el lugar.
Para ella es muy importante que el presidente José Luis, siga pregonando la mentira de que está tomado el edificio municipal, ya que por ese motivo, ella no puede demostrar los documentos que el Órgano superior de fiscalización del Estado de Oaxaca (Osfe) le solicita.
Es posible también, que con la apertura del edificio municipal, la tesorera declare que todos los papeles que pudieron haber estado dentro del edificio, hoy han desaparecido. Ese argumento le beneficiaría, pero afortunadamente, el notario público que ayer dio fe de la apertura del inmueble, tomó cuenta de ese detalle.
El Osfe, le requiere a la expresidenta, hoy tesorera, la comprobación de 7 millones y feria de pesos. Por ejemplo, en la página 63, del ejercicio fiscal 2018, dice que: “se observa que no cumplen con los Lineamientos para la Construcción y Diseño de Indicadores de Desempeño mediante la Metodología de Marco Lógico”. Y enseguida desglosa una serie de problemas que no cumple, y que sería muy largo de enumerar en este espacio, pero en resumen, les puedo decir que la información que presentó esta señora de su administración, no cuenta con claridad, es imprecisa, tiene muchos equívocos, es poco entendible, etcétera, por lo mismo, debe proveer información adicional que permita obtener indicadores de los presupuestos que manejó durante su administración.
Lo cierto también, es que nunca hubo una entrega recepción de su administración a la administración de Alverdín. Y con el cuento de que siempre ha estado tomado el edificio municipal, las autoridades de fiscalización han detenido la certificación de las supuestas obras.
El fingido alboroto les ha convenido a Alverdín y a Alejandra. El tener cerca a la tesorera, le da cobijo al presidente, pues éste no se puede permitir tener menos de cuatro regidores de su lado, de lo contrario, le darían “cabildazo”.
Con tal de salvarse cada uno de ellos, se están llevando al pueblo entre las patas. Ambos están en el acuerdo de que el conflicto no se resuelva, pues su pellejo está de por medio.
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