Por: Horacio Corro Espinosa
Muchos de nosotros cuando éramos niños y jugábamos a los ladrones, empleábamos la frase aquella de “¡manos arriba!” Más tarde la frase cambió: “¡La bolsa o la vida!”. Con el tiempo volvió a cambiar a “esto es un asalto”. Ahora los asaltantes ni eso se toman la molestia en decir.
En las películas de los 50’s representan al rufián de aquel entonces con cachucha mugrienta, camisa o camiseta agujereada, pantalones mal fajados y por cinturón un trozo de mecate, zapatos rotos y con un cuchillo cebollero en la mano con el cual exigía a su víctima todas las cosas de valor que llevara encima.
Mala suerte era toparse con un asaltante de aquellos años, pues con esa arma tenía la capacidad de desanudar embotellamientos de tránsito, de desaparecer a la gente en cuestión de segundos, mientras que sin presión alguna, trabajaba con toda libertad.
Los asaltantes de ayer comparados con los de hoy solo conservan lo mugroso. Uno de ellos es Francisco Martínez Sánchez, mejor conocido como “Pancho Mugres”.
Este personaje vive en una casa verdaderamente cara, aunque quién sabe cómo esté de marrana por dentro, es impune, maneja una organización “social” conocida como “14 de Junio”, posee una línea camionera y, su poder de terror abarca ciudades enteras del valle de Oaxaca.
Don Panchito, su hijo Javier Martínez Rodríguez, y su bola de malhechores, han impuesto cuotas a comerciantes de muchas colonias para darles seguridad contra la organización Frente Popular 14 de Junio, que éste mismo personaje comanda.
Hoy, 14 de junio, este grupo cumple 11 años de vida. Seguramente va a organizar algún evento violento que quede registrado en la memoria de muchos oaxaqueños. De ellos no se puede esperar otra cosa.
“Pancho Mugres” representa a trabajadores sindicalizados, vendedores callejeros, paracaidistas, choferes y mototaxistas, quienes utilizan la violencia como medida para obtener favores o para ayudar a partidos políticos. Su técnica para la presión es la violencia: agreden comercios, dañan la vía pública, cierran accesos a Ciudad Judicial o Administrativa y golpean a quienes han intentado escapar.
Desde la organización Frente Popular Revolucionario (FPR), el Pancho Mugres invadió un predio en las riberas del Río Atoyac, atrás de la Universidad Regional del Sureste, en la colonia Alemán, y hace unos días apenas, instaló una malla sobre la misma franja del río para que ningún otro le gane ese pedazo de tierra.
El mugroso de don Panchito y su organización pueden hacer lo que se les pegue en gana y nadie los detiene ni nadie les dice nada. Es más, en septiembre de 2016, localizaron frente a la URSE de la Col. Alemán, un vehículo propiedad de su hijo que en el interior había una granada de fragmentación. Ese hecho eso quedó como una anécdota, nada más.
Seguramente alguien, un político muy pesado, ha de estar protegiendo a este grupo delincuencial porque nadie hace nada para marcarle el alto toda esa pelusa.
Cuando este sujeto, Francisco Martínez, estaba cumpliendo su condena en la cárcel, fue liberado de la forma más ridícula y ante eso todo mundo guardó silencio.
El día que se registró Alejandro Murat como precandidato a la gubernatura de Oaxaca en las oficinas del Revolucionario Ins, éste se hizo acompañar de don Panchito, y quienes enmarcaron ese importante evento fue el numeroso grupo de mototaxistas del Frente Popular 14 de Junio.
Circula en las redes sociales una foto donde está don Panchito abrazando al gobernador Alejandro Murat. No sé por qué esa fotografía me da la sensación de que en esa fecha, don “Pancho mugres”, le vendió algo al gobernador, por eso nadie ha actuado contra el susodicho y la bola de delincuentes que tienen amenazada a la ciudadanía del valle de Oaxaca.
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