LA COYUNTURA
Por: Francisco J. Sánchez
García, Nuevo León.- Los habitantes de este municipio del noreste del país guardan con celo el sobrenombre de “El Bronco”. Ni lo prestan, ni lo ceden al morbo o a la burla. Nadie puede llamarse como el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón. Nadie.
“Pa´ser “Bronco”, aquí y en China, se necesitan “muchos guevos”. Primero, para enfrentarse a los “malitos” (el Cartel de los Zetas) y después al gobierno, al pinche PRI y al PAN”, sostiene el orgulloso encargado de un refresquería ubicada frente a la plaza principal y a un costado de su iglesia patronal.
Sabe lo que dice: en este municipio nadie hablaba con extraños hace casi seis años, mucho menos mencionaba la existencia del crimen organizado. Aunque tenían tanto o más miedo a la corrupción de sus autoridades municipales y sus policías. Escuchaban y callaban. No más y si menos.
Eran los tres primeros meses del 2010 y cinco de su gobierno municipal, y Rodríguez Calderón, “El Bronco” llevaba su recuento: desactivó 250 tienditas o misceláneas en las que vendían drogas, clausuró bares y cantinas que operaban sin permiso y retiró “taxis piratas” que operaban para el “halconeo” y el atraco.
La reacción no se hizo esperar: los “malitos” emboscaron a su secretario de seguridad municipal, Juan Arturo Esparza -un general brigadier con licencia-, junto con cuatro de sus escoltas. Todos murieron rodeados de 200 casquillos de AR-15 y AK-47, a unas 15 cuadras antes de llegar a la casa del alcalde.
Era la tercera llamada de advertencia. La primera fue la sospecha en el accidente vehicular que le costó la vida a su único hijo varón. La segunda el secuestro de su menor hija, quien horas después fue liberada, tras una intensa búsqueda. La cuarta y la quinta fueron dos atentados.
Y si el primero de los actos criminales contra la autoridad municipal fue intenso; el segundo fue bestial. “El Bronco” estima que en el último intento de matarlo se recogieron mil 680 casquillos disparados por unos 40 sujetos a bordo de una decena de vehículos.
Uno de sus custodios murió desangrado en los brazos del presidente municipal, quien ante la tibieza del entonces gobernador priista, Rodrigo Medina de la Cruz y su grupo de poder, lo desafió al buscar la candidatura a la gubernatura y después encabezar una lucha contra ellos, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
Osado hasta el suicidio político o la burla pública, “El Bronco” “aguantó vara” cuando se proyectó en mayo del 2014, el documental “Un Bronco sin miedo”, donde narra su vida y los principales hechos que marcaron su vida y su proyecto político.
Desdeño para unos, sorpresa para otros, en septiembre de ese año, Rodríguez Calderón decidió presentar su carta de renuncia al PRI después de 33 años de militancia y atrajo la mirada cuando decidió hacer campaña sin partido, pero con el apoyo de “la raza”, la “gente humilde y jaladora”.
Y en el arranque de su campaña hizo a un lado los pactos o acuerdos con los principales medios de comunicación regionales, incluso se confrontó con algunos de ellos como Televisa y Multimedios, ésta última propietaria del periódico Milenio y Milenio Televisión.
En cambio, se apoyó en las redes sociales como Facebook y Twitter, principalmente para comunicarse y logró tejer el respaldo de empresarios regiomontanos con negocios globales hasta profesionistas de clase media que votaban por Acción Nacional.
“La raza se prendió”, dijo en una ocasión.
Y tanto se prendió que ganó las elecciones del 7 de junio de este año, que a la par también significaban renovar 42 diputados locales del Congreso Local y 51 presidentes municipales. Así abrió una moda en el país: Los Broncos Independientes.
“La tiene difícil (ahora como gobernador). La gente quiere resultados inmediatos. Le dejaron un “mugrero” en el gobierno, tanto así que dicen que (el exgobernador priista Rodrigo) Medina tenía hasta los baños bien tapados de porquería”, bromea ahora el dueño de un restaurante local.
-¿Y qué hay de aquellos que quieren ser como “El Bronco”?- le preguntan.
-¡Primero, “Bronco” solo hay uno y quienes quieran copiarlo pues tienen que ser muy cabrones, muy honestos y muy jaladores (trabajadores)- responde.
-“El Bronco” impuso moda en el país. Ahora muchos políticos quieren ser como él…- provocan al restaurantero.
–¡Nooo, pues está más cabrón! “Bronco” solo hay uno. Y es de aquí-revira.
Especialista en análisis y estrategia política
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