Por Horacio Corro Espinosa
Como sabemos, Salomón Jara Cruz, es el candidato a gobernador por Morena. Anda dizque en precampaña pero eso es mera simulación. Es lo mismo con Alejandro Murat Hinojosa, ya es el candidato del PRI. En estos dos partidos, Morena y Pri, no hubo precandidatos a la gubernatura. En realidad ellos fueron los elegidos por un poderoso dedo. Las mismas prácticas priístas, las ha llevado a cabo López Obrador.
Para los que no sepan quién es Salomón Jara, déjenme decirles que fue uno de los fundadores del PRD. Él encabezó un movimiento muy fuerte en las regiones de la Cañada y la Costa.
Eran tiempos en que él mismo aún no descubría su yo interno, hasta que lo alcanzó el poder. Pero al poder lo vio como un botín político y económico. Éste exdiputado local, exdiputado federal y exsenador de la República, a lo largo de su carrera política no ha servido. Ese es el error de los que deciden los puestos para su gente. Un día, alguien decidió por Salomón, solo porque se destacó como un excelente agitador y activista político. Pero como funcionario, ha sido gris y poco inteligente.
Gabino Cué, se jaló a su gabinete y nos lo presumió como uno de los mejores hombres. Lo calificó de honesto, responsable, entregado con las causas justas y trabajador.
Eran los meses de la esperanza, pues hacía poco que había dejado la gubernatura Ulises Ruiz.
Desde sus primeros días como cabeza en la Secretaría de desarrollo agropecuario, forestal, pesca y acuacultura (SEDAFPA), todos vieron las intenciones de Salomón Jara: iba por los recursos del pueblo. Así que su paso por ahí fue verdaderamente catastrófico.
Para tener el control de esa secretaría, quiso someter al sindicato para que éste corriera a Teresita Ahuja Pérez, Directora de Administración y Control Financiero. Él sabía que sólo así, despejado el camino, tendría el control total de los dineros. Dejó de firmar la nómina de los trabajadores, y estos, se levantaron en contra de todos. Ellos querían su lana.
Cuando Teresita les demostró a los trabajadores con oficios en mano, que el titular de la Sedafpa se había negado a firmar las cuentas, Salomón, con un nudo en la garganta les dijo a todos los sindicalizados: “…paciencia compañeros, esto no es como terciopelo, la democracia es lenta… Estamos en el proceso…”
El tratar de controlar todos los rincones de la secretaría, lo llevó a despedir a la gente con más experiencia en el tema, y metió a la nómina a unos ignorantes que llevó de amigos.
Uno de los subsecretarios de Salomón, en vez de trabajar, se dedicó a mejorar su belleza. Así que el espejo se convirtió en el sitio más importante que los ciudadanos que llegaba a que les resolvieran sus asuntos.
En este momento la Auditoría Superior de la Federación (ASF), y la Auditoría Superior del Estado (ASE), así como la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, investigan a Salomón Jara, candidato a gobernar Oaxaca por el partido de López Obrador, porque le detectaron irregularidades por 9 millones de pesos.
El contralor del estado Manuel de Jesús López López, asegura que este personaje hizo transferencias a fideicomisos fuera de normatividad y nadie sabe qué hizo con ese dinero.
Jara Cruz, hábil como serpiente, para protegerse de cualquier peligro ante la justicia, se hizo compadre de Alejandro Murat Hinojosa, al llevarlo como padrino a un enlace matrimonial. Esas fotos circularon en las redes sociales.
Así es la política, así es este candidato a gobernador por parte de Morena.
Ahora, ¿cuál será el interés de López Obrador, para poner, al igual que en otras entidades del país, a los personajes más corruptos en las candidaturas? Se los dejo de tarea.
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