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Tamazulápam recuperará producción del Xoconostle

NATHALIE GÓMEZ/@Nathalie_fx

Tamazulápam del Progreso, Oax.- Los xoconostles, que en la década de los 40 se producían en mayor escala en los solares de los barrios séptimo y octavo principalmente, de este municipio mixteco, serán rescatados a través del programa “Siembra un Xoconostle. Conservemos Tamazulápam”.

Ante la producción que ha disminuido en los últimos años, en esta población iniciaron el fin de semana con la siembra del fruto de la familia de las cactáceas, multiplicando los órganos o cactus que tienen en los barrios San Francisco y Santa Rosa.

Así se hizo a iniciativa del ciudadano Sergio Santillán Mijares, con las autoridades municipales encabezadas por el edil Manuel Peralta Reyes, a través de la regiduría de Desarrollo Económico, Sustentable, Agricultura y Turismo, René Óscar Ruiz Velasco, y la participación de las y los tamazulapenses.

El 17 de noviembre de 2017 surgió la idea, el templo adventista donó la mayor parte de las 300 plantas que se repartieron a la población, misma que recibió indicaciones sobre cómo sembrarla, además de un instructivo.

“Nos da mucho gusto que Tamazulápam recobre algunas cactáceas que se han ido perdiendo en nuestro pueblo, anteriormente a manera de chiste se decía que esta comunidad estaba bien organizada, pero se referían a que en Tamazulápam había muchos órganos”, compartió el presidente municipal.

Recordó que desde pequeño “veía xoconostles blancos, muy dulces, el chinito que abundaba en Santa Rosa, el rojo pequeño que era muy sabroso y el naranjita, así que agradecemos infinitamente a las personas que donaron los bracitos para multiplicar las plantas y a quienes ahora los siembran y los van a cuidar para que no mueran en nuestro pueblo”.

MIXTECA, CON GRAN POTENCIAL PARA CACTÁCEAS

La iniciativa es digna de reconocerse pero no se debería trabajar como tal, sino como todo un proceso por el potencial que tiene la región Mixteca para producir frutos como el Xoconostle, dijo Anastasio Villarreal Díaz, coordinador del Centro Coordinador en Silacayoápam, de la Comisión para el Desarrollo de los pueblos Indígenas (CDI).

“Se nos ha puesto el ícono a los mixtecos que quien siembra pitaya, cuida chivos y teje sombreros tiende a vivir en la pobreza, y eso es una total mentira, hoy en día nos damos cuenta que los fuertes potenciales que tenemos en la región, cuentan con un fuerte valor comercial, pero no hemos tenido el apoyo o impulso para sacarlo adelante”, consideró.

Cactáceas como la pitaya, la jiotilla y el xoconostle, destacó, aún están considerados como frutos de recolección, lo que significa que no hay los cultivos de estos productos para poder explotarlos y utilizarlos de la mejor manera.

La pitaya es la que lleva un mayor avance, sobre todo en la investigación de sus propiedades y procesos, por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“La Mixteca tiene un gran potencial en cactáceas, con muchas variedades, en la parte sur que va de Huajuapan a Santiago Chazumba, tenemos la ruta más importante de la pitaya y por eso se lleva a cabo la feria en su honor”, explicó Villarreal Díaz.

Agregó que con la UNAM se están trabajando los procesos de comercialización para exportación, pero un aspecto muy importante es que “a los productores les da miedo el proceso de cambio”, hacer mermeladas, curados y otros productos, por lo que se vende solamente, en la mayoría de las comunidades, en el periodo de mayo y el resto del año ya no.

Su importancia reviste en que en la capital del estado, por ejemplo, “se solicita una nieve de tuna que en realidad está hecha con jiotilla pero para que pinte más, lleva xoconostle, que tiene un poder más fuerte de pigmentación, por lo que es más utilizado en curados y mermeladas”.

VOLVIENDO A LO NATURAL

Sadot Cruz Córdoba, productor de San Juan Joluxtla, coincidió en el enorme potencial que tiene la Mixteca para la producción de frutos de las cactáceas, “que viene desde la época prehispánica, aunque en la colonización se le dio prioridad a los cultivos que trajeron los españoles y no a los nativos”.

“Aparentemente en ese entonces no tenía un valor significativo, pero hoy en día cambia toda la cuestión alimentaria, porque consumir los productos con químicos nos ha enfermado y orillado a buscar los orgánicos, los naturales, como son la pitaya, jiotilla, garambullo, el xoconostle, etcétera”, explicó a las y los tamazulapenses.

Llamó a valorar las cactáceas, empezando por consumirlas y a visualizar que se pueden generar grandes producciones, apoyados por instancias como la CDI, la Sagarpa, la SEDAPA, porque a mayor inversión, mayor ganancia porque el producto se puede colocar a nivel nacional e internacional como lo está haciendo ya Tyuun Titan, la empresa que representa.

Aunque anteriormente los árboles producían en abundancia, sin mucho cuidado, mencionó que hoy el cambio climático, el suelo cada vez más erosionado y la falta de agua entre otros factores, ameritan que se haga uso de abono orgánico y se den los cuidados necesarios para evitar que las aves consuman el producto, porque a veces le ganan al ser humano.

SUMANDO ESFUERZOS

Crisógono Villarreal, productor e industrializador de cactáceas de San Juan Yolotepec, comenzó sembrando 50 plantas que a los cinco años comenzaron a producir, ahora  cuenta con tres hectáreas de pitayas que a los 60 centímetros o un metro de altura, ya producen por lo que ahora elaboran mermelada y licor de pitaya sin conservadores para que las ganancias sean permanentes.

“A veces tenemos el oro en la mano y no sabemos identificarlo. Si todos produjéramos pitaya o Dichi cuá, xoconostle o Dichi calla, garambullo Dichi noni (en Mixteco), seríamos ricos, porque esta planta es muy noble, hasta sobre una peña crece, lo único que se requiere es voluntad de hacer un trabajo para que nos beneficie económicamente”, consideró.

Sergio Santillán Mijares, habitante de Tamazulápam que tuvo la iniciativa de recuperar la producción del xoconostle, agradeció a las autoridades el apoyo y participación, a la ciudadanía por sembrarlos y a las y los artistas de Iluminarte Espacio Creativo, por exponer sus obras relacionadas con las cactáceas en el corredor del palacio municipal.

Por eso se exhibieron algunas pinturas de artistas de la Mixteca como son Francisco Beristáin, Jaime Herrera (Zopilote), Olga León, Paty Carazo, Lety Martínez, Alejandro Bravo, Gamaliel Santiago, Sergio Santillán, Xenón Durán, María de la Luz Barranco.

“Nosotros hacemos la comunidad que queremos, si nosotros queremos un entorno en donde nos sintamos bien depende de nosotros, no depende de nadie más, y por eso creo que vale la pena hacer el esfuerzo de que sigamos construyendo una comunidad bonita”, expresó.

Esperó que estas acciones se puedan replicar en cualquier área de la vida municipal, pues aunque este es un ejercicio que nació de manera espontánea, puede provocar hacer muchas más cosas por el bien de Tamazulápam.

AÑORANZAS

El profesor Pedro Guerrero, compartió que por la propuesta de Sergio Santillán, acudieron a visitar a unas ocho personas que cultivaron el xoconostle desde los años 40.

“Mi familia tenía unas 80 matas en 1942, a la fecha todo se perdió porque donde estaban sembrados los órganos de xoconostle, llegó la juventud y construyó sus palacios, destruyendo los cactus”, lamentó.

De su infancia, recuerda que el mercado de los miércoles se instalaba en donde está el parque  y se ponían las cajas de xoconostle antes de la fiesta de Todos los Santos, que es cuando se producía en abundancia, y cada dueño vendía alrededor de 15 cajas.

Una anécdota que surgió en ese entonces fue que, como pasa a veces, el xoconostle cuando le cae el agua y luego el sol, se abre, así que un niño de seis años, dijo a sus papás “que quería de esa fruta que se estaba riendo”, porque estaba abierta.

Regularmente el xoconostle se produce de agosto a noviembre aunque hay una variedad conocida como sangre de toro, que se da todavía el mes de diciembre, considerado “el manjar más exquisito de la última temporada”, expuso Pedro Guerrero.

ESPINOSO PERO BONDADOSO

“No es posible que en la Mixteca tengamos los más altos índices de diabetes cuando tenemos la riqueza más importante en cactáceas, como es la sábila y los productos de los cactus que luego exportamos y se nos devuelven en pastillas, tenemos que apostarle a la parte preventiva aprovechando lo que nos es posible, porque, por ejemplo, el xoconostle nos es recomendado para bajar de peso y nos lo venden en pastillas y otras presentaciones”, refirió Anastasio Villarreal.

En la comunidad se han detectado distintas variedades, Luis Hernández San Pedro, habitante de Tamazulápam, mencionó que hay al menos ocho rojos con una gran variante en tamaño y sabor sobre todo.

Cinco de los más comunes son el rojo granada, el sangre de toro (los dos más chaparritos), solferino, lindero (que utilizaban anteriormente en la línea divisoria de cada propiedad) y el rojo dulce (estos dos últimos los más altos).

Estaba también el morado, dos amarillos, uno normal y uno conocido como piña acamotado, y dos variedades de blanco: el liso y el tino.

“Todos salen en diferente temporada, por eso algunos surgen desde agosto y otros más, en pleno mes de febrero siguen produciendo, los más resistentes a las adversidades climatológicas son los rojos, pueden nacer hasta en paredes y techos de adobe porque a veces la semilla llegaba a caer ahí”, apuntó.

Don Eusebio Rodríguez, habitante del barrio ocho de Santa Rosa de Lima, en las calles Álvaro Obregón y Netzahualcóyotl, actualmente propiedad de la familia Villamil Clemente, era uno de los pobladores que hace décadas producía la mayor cantidad de xoconostles, recuerda don Luis, de 70 años de edad.

Por afición, recuerda que hizo en una hoya de barro mermelada con la pulpa del xoconostle, azúcar y, sin conservadores ni refrigeración, le duró tres meses “ahora con los conocimientos que ya se tienen y la profesionalización en su proceso, se pueden lograr muchas más cosas”, confió.

LAS RECOMENDACIONES

Es importante al sustraer brazos de los cactus para sembrar más, hacer cortes sesgados. Después de cortarlos se debe esperar al menos diez días para sembrarlo, mientras pasa ese tiempo, es viable recargarlo a una pared en forma vertical.

Al ingresarlos a la tierra, el área deben estar completamente seca, no se les debe echar agua porque se pueden pudrir.

Los productores recomiendan que un brazo se siembre de unos 50 centímetros de altura aproximadamente, que no se entierre muy profundo, puede ser en sepas de 30 centímetros de diámetro y 30 centímetros de profundidad.

Es viable poner en el orificio abono orgánico de puerco, res o gallina, aunque el más recomendable por su durabilidad es el de chivo, mezclado con la tierra para mejorar los resultados.

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