Por: Horacio Corro Espinosa
La toma de protesta de Alejandro Murat Hinojosa como gobernador del estado de Oaxaca, se realizó en un área de las instalaciones de la Corporación oaxaqueña de radio y televisión (CORTV).
Los diputados de la 63 legislatura local, y los invitados especiales para tal evento, comenzaron a recibir las llamadas telefónicas para que asistieran a las 12:30 de la madrugada, al acto protocolario.
Todos estaban anunciados, pero casi nadie sabía exactamente dónde se llevaría a cabo.
Poco a poco, mediante llamadas telefónicas, fueron acercando a todos, a las improvisadas instalaciones como sede.
Para aproximarse a la televisora fue un caos. Nadie entraba ni atravesaba por ahí si no llevaba una identificación que lo acreditara como invitado especial.
En lo que el acto daba inicio, los diputados comentaban entre sí, no estar de acuerdo que un acto tan importante se realizara en un lugar fuera de la Cámara de Diputados.
En ese momento entró al lugar el exgobernador de Oaxaca José Murat Casab, quien fue recibido por un carabaneo zalamero, y casi todos le llamaban «jefe».
El papá del nuevo gobernador comenzó a ver por todos los rincones del lugar, y se dio cuenta que a esa hora todavía no había nada dispuesto para el acto solemne.
Así que con una mirada inquisidora, comenzó a buscar a Alejandro Avilés (quien anoche fue nombrado Secretario general de gobierno), a quien le gritó: «¡A ver, cabrón!, ¿no que tenías todo planchado? ¡Son mamadas!»
Lo único que le respondió Alejandro Avilés, fue, «sí, ahorita». Y el exgobernador le volvió a gritar «¿no que todo planchado, no que todo planchado?, ¡mis huevos!»
En ese momento, todos los efusivos saludardores al exgobernador, se comenzaron a apartar como para no escuchar las humillaciones que le hacía al expresidente del Comité directivo estatal del PRI.
Ante tanto grito, comenzaron a aparecer en la sala sillas de todos tamaños y formas para los diputados.
Y después de un último grito a Avilés, apareció la mesita minúscula donde cupieron apretadamente los legisladores.
Desde que Murat lanzó el primer grito, todo se volvió silencio, solo se escuchaba el golpe de martillo que metía las tachuelas para sostener las banderas.
El miércoles 30 de noviembre, los diputados tuvieron una reunión a las 6 de la tarde, donde se pusieron de acuerdo para llegar a la Cámara a las siete de la mañana, pero los del partido Movimiento de regeneración nacional (Morena), dijeron que para que se levantaran temprano, les dieran a cada uno de ellos 200 mil pesos.
Ante eso, el resto de los diputados les dijeron que su obligación era llegar al evento y que no se les iba a pagar por su puntualidad. Así que como los de Morena no consiguieron la lana que querían, se rompió la reunión.
En la noche, cuando comenzaron a llamar a todos los diputados para que se presentaran en un lugar donde se realizaría la toma de posesión, los de Morena se pusieron de acuerdo para pedir 1 millón de pesos para cada legislador del partido de la honestidad valiente, o de lo contrario no asistirían.
El diputado Irineo Molina Espinoza, de Morena, fue el único de ellos que asistió al evento, pero llegó contra su voluntad, pues uno de los acuerdos que tuvo con el PRI, era que los de su partido tendrían los cargos administrativos y comisiones más importantes a cambio de que se alinearan con el partido mayoritario. Es por eso que nombraron a Irineo, como presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo).
¡Qué rápido mostraron el cobre, los diputados de Morena!
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